Juan José Castro, el penalista que se volvió "tiktoker" para acercar el derecho a la gente

Las redes sociales se han convertido en una herramienta de comunicación que permite que el lenguaje sea más práctico y menos técnico, sobre todo en el derecho, donde los conceptos pueden ser complejos de entender. Así lo explicó Juan José Castro, penalista y socio director de Castro Muñoz & Abogados, quien se ha dedicado, desde la pandemia, a generar contenido en TikTok e Instagram, con el fin de resolver las dudas jurídicas de sus seguidores.

¿Cómo inició a resolver dudas de la ciudadanía en redes sociales?

La idea nació durante la pandemia, debido al confinamiento, pues no había asesorías y todo estaba cerrado, incluso las fiscalías. Yo tenía en la cabeza todos los criterios sobre cómo el abogado debe hablar de derecho y uno se da cuenta que a nosotros nos enseñan a hablar y escribir complejo y, por eso, me di cuenta que la Rama Judicial no hace ningún esfuerzo para tratar de explicarle el derecho a la sociedad. Eso produce que a veces los medios de comunicación no transmitan de forma correcta la información de procesos penales, porque pueden parecer alejados de la realidad. Bajo esta premisa, me surgió la idea de tratar de explicarle a la gente el derecho de una manera distinta. No en el fondo, sino en la forma.

El lenguaje en estos casos es fundamental, pues las resoluciones son escritas para que las entiendan las partes, ya que son abogados, pero no estas hechas para que las entienda la sociedad, por eso quise explicarle el derecho a la gente, para que ellos puedan apersonarse de sus derechos y tengan un sentido crítico.

¿Cuál considera que es el origen de esa problemática?

Existe una desconexión muy grande entre los estudiantes de derecho y la realidad judicial, que se da porque de lo teórico a lo práctico hay un abismo gigantesco.

¿Cuál es el perfil de sus seguidores? ¿Todos son abogados?

No. Hay ingenieros, arquitectos, agrónomos, amas de casa, empleadas del servicio doméstico, estudiantes de derecho y, claramente, abogados. A todas estas personas les atrae la forma en la que se puede tratar de decirle a la gente cuáles son sus derechos.

La gente acude a usted para resolver dudas jurídicas, ¿cuál es el caso más llamativo que ha atendido por redes?

Tengo un video de más de dos millones de visitas en el que me puse un saco en la cabeza y actué. Esto lo hice porque sé que entre mi público también hay niños a los que hoy todavía los siguen molestando si llevan el pelo largo al colegio. En el trasfondo, mi mensaje era que los colegios y las personas que educan deben ser honestos intelectualmente, deberían saber que el punto de partida de cualquier educación es enseñarle a la gente sus derechos, no mentirles sobre ellos. Por ejemplo, no decir que un manual de convivencia define si un estudiante tiene el pelo pintado o no, porque para ello existe la Constitución.

¿Qué es lo que más resalta de estos casos que parecen ser pequeños pero son dudas recurrentes?

El concepto se puede resumir en que el derecho es para la gente. Ese es nuestro ‘hashthag’, que es el más usado en español al hablar de derecho. Vamos para casi 34 millones de veces que ha sido utilizado y eso quiere decir que en 34 millones de oportunidades este mensaje le llegó a una persona.

¿En el futuro el derecho podría aplicarse exclusivamente en lo digital o en las redes sociales?

Por supuesto. Las redes sociales hoy en día son un presente. Por lo general, lo que vemos son abogados ligados a los medios de comunicación, siendo columnistas o hablando en radio y televisión. Sin embargo, lo que hago es aprovechar el medio de comunicación que está siendo imperante, que son las redes, y tratar de hablar de derecho. Me he esforzado por explicar el derecho de una manera distinta a raíz de mi experiencia y ponerlo en palabras que todas las personas puedan entender, ese es mi factor diferencial junto a la incursión en redes.

¿Un abogado debe saber de todos los temas?

No necesariamente. El derecho es una ciencia social tremendamente grande. Pero un abogado debe preparar sus temas, repasar y estudiar lo que es naturalmente básico.