En el año 2021, en medio del contexto social y de salud pública, fue adjudicada la primera concesión de quinta generación (5G). Este proyecto, que en su estructura contractual no difirió sustancialmente de la estructura de las concesiones 4G, no fue precedido de un documento Conpes como había sido tradición para las demás generaciones de concesiones. Esto en todo caso no fue obstáculo para la preparación del proyecto, cuyo borrador se conoció recientemente.
Revisando su contenido, y resaltando que dicho documento Conpes pretende abordar temas de gran sensibilidad como son el modesto desarrollo intermodal, ausencia de mecanismos innovadores en el financiamiento de proyectos, limitación de formas de pago y relacionamiento con la comunidad del área de influencia del proyecto, en esta oportunidad queremos llamar la atención sobre dos temas relevantes.
Por una parte, el documento Conpes referido manifiesta la preocupación por el desarrollo predominante de proyectos del modo carretero, destacando la importancia de mirar proyectos férreos, portuarios y aeroportuarios.
En materia de proyectos aeroportuarios, el documento resalta que los mismos no necesariamente se desarrollan conforme a las necesidades de la terminal y la demanda real, lo que en no pocos casos genera la realización de inversiones cuantiosas en un inicio, sin que las mismas respondan a las necesidades que se pretenden satisfacer.
Incluso en proyectos aeroportuarios, se presenta un escenario no abordado por el documento Conpes, en el marco del cual, la infraestructura prevista en los alcances de los proyectos se queda corta frente a las necesidades reales de la terminal, sin contar con herramientas contractuales para adecuar la infraestructura a lo que de tiempo en tiempo se va necesitando.
Tal vez para responder a este escenario, el Conpes menciona una figura que estuvo presente en contratos aeroportuarios de tercera generación. En efecto, se hace referencia a la necesidad de contar con activadores de inversión que permitan el desarrollo modular del proyecto aeroportuario, según los requerimientos reales. La estructura existente en los contratos referidos partía precisamente de un objeto básico, junto con alcances que se activaban luego de cumplirse unas condiciones objetivas, para así modular la inversión y ofrecer a la comunidad mejores facilidades en la medida de que fuera necesario.
Este mecanismo, en nuestro criterio práctico y bien concebido, fue en cierto momento proscrito, no obstante, sus bondades, siendo esperanzador que el esquema vuelva a ser objeto de estudio. Solo se espera que este modelo no sea objeto de tropiezos frente a cuestionamientos sobre posibles adiciones automáticas o esquemas similares, que obstaculizarían la recuperación de un esquema que probó ser eficiente para el sector aeroportuario.
Tratándose de proyectos aeroportuarios, el documento Conpes igualmente llamó la atención sobre la necesidad de implementar mecanismos de funcionalidad para acceso a la remuneración, que respondan más a la realidad de los proyectos. Es bien sabido que ajustar un proyecto aeroportuario al concepto de unidad funcional contenido en la regulación de asociaciones público privadas es sumamente complejo, lo que dificulta la estructuración de proyectos bancables. Dicha iniciativa es no solo interesante sino necesaria, siendo fundamental que se trabaje en su desarrollo, con miras a extenderse a otra clase de proyectos como los férreos, los cuales enfrenten en su estructuración el mismo reto.
¿Quiere publicar su edicto en línea?
Contáctenos vía WhatsApp