El fútbol, al menos desde FIFA, empieza a ser manejado observando, entendiendo y sobre todo, escuchando y negociando con los diferentes grupos de interés que giran alrededor. Aficionados, clubes, y jugadores, son tenidos en cuenta por FIFA a la hora de redactar sus reglamentos.
Dijo hace algún tiempo el director jurídico de esa entidad, que los reglamentos, y en especial el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores, que regula las relaciones de trabajo de jugadores y equipos, ha sido fruto de un proceso de negociación con FIFPRO, pues cree que nadie mejor para conocer y entender los intereses de los jugadores, que el sindicato mundial de futbolistas profesionales.
En Colombia la realidad es bien distinta y difícil. Resulta imposible el diálogo entre los organismos deportivos que regulan el fútbol local y la asociación de jugadores profesionales, ACOLFUTPRO. Esta asociación, que apareció como un proyecto para mejorar las condiciones de los jugadores y que ha logrado muchos avances en estos temas, se convirtió en una institución exactamente igual a aquellas que con vehemencia señala con dedo acusador.
Y es que los directivos llevan lustros sin relevo ¿se atornillaron en sus cargos? y lo que en su momento fue una nueva institución con características esperanzadoras, se convirtió en una entidad opaca que orbita el secretismo y donde nadie conoce nada distinto a lo que por redes sociales o entrevistas muy agresivas hablan sus dirigentes.
Ahora, siendo una asociación de naturaleza civil (que no sindical, las cosas como son) buscan apoyo en las centrales de trabajadores, para hacer eco de voces de negociación colectiva en el contexto internacional cuando no han superado el debate nacional de querer ser tratados como sindicato, sin que les llamen sindicalizados, porque son y no son. Ambigüedad, que no permite negociar y que de pronto sería ganadora si no fueran siempre con los tacos arriba y como dice mi suegro, dejaran hablar.
Es el momento de tender puentes. El fútbol colombiano está inmerso en una crisis profunda y requiere del esfuerzo de dirigentes, equipos y por supuesto jugadores y jugadoras. Hay infinidad de temas en los que los futbolistas pueden aportar conocimiento y experiencia valiosa. No hablo de co-gestionar, nada de eso; los roles de cada uno son totalmente diferentes, pero al igual que en FIFA, hay temas que deberían ser analizados en conjunto, para llegar a consensos. Qué ejemplo el que se está dando con el impulso para que surja la primera C. Negociadores es lo que se necesita para superar los debates de calendario, plantilla, extranjeros, tiempo de descanso entre partidos, entre otros.
Como oír no es escuchar, que tal si se incluye a los futbolistas aficionados y las mujeres quienes no tienen participación ACOLFUTPRO y que no están representados en “la asociación”. No se niega lo mucho que han hecho por el fútbol y los jugadores sin contrato, pero hoy por hoy merecen brillar más y más allá de las redes sociales y los periodistas, con apertura que futbolistas, no son solo los profesionales hombres.
Es el momento de traer gente nueva a ACOLFUTPRO, que piense de manera diferente y sobre todo que tengan ánimo de diálogo y de llegar a acuerdos con la Federación y sus afiliados. Estoy seguro que desde FIFA y FIFPRO estarían satisfechos con este cambio de rumbo, que además contribuiría a la buena gobernanza y transparencia en el deporte.
Es bueno que las instituciones cambien, que se renueven y que les permitan a otros participar; acaso no es eso precisamente ¿la diversidad?
¿Quiere publicar su edicto en línea?
Contáctenos vía WhatsApp