Es claro que el deporte profesional vive, en gran parte, de los dineros recaudados por televisión; lo que no hace mucho tiempo era impensado, hoy en día es absolutamente natural. Vemos en Bogotá, Shanghái y por supuesto Mánchester un clásico Mánchester United contra Manchester City; o a los Yankees de nueva York y esto no es gratis, la televisión se paga, bien sea por suscripción, bien por publicidad y quien más vende, más debería recibir. La pregunta sobre toda la discusión es ¿quién tiene derecho a todo ese dinero, o al menos a una gran mayoría?
El fútbol europeo da varias señales, la primera y más evidente es que en ninguna liga todos los equipos reciben la misma cantidad de dinero por derechos de televisión, no es lo mismo ver al Bayer de Múnich que al folclórico Saint Pauli, o al Real Madrid que al Alavés.
La televisión paga a quien prende aparatos y no son los equipos chicos quienes tiene esta virtud, mucho menos equipos de segunda división podrán recibir algo cercanamente parecido a uno de primera.
La repartición en cada liga es distinta, las diferencias, por ejemplo en España de lo que reciben Real Madrid y Barcelona frente al tercero son abismales, no ocurre lo mismo en Inglaterra o Italia.
En Colombia, respecto a la repartición de los dineros de televisión, existe una extrañísima democracia, equipos que desde hace más de cinco años están en primera B, que nadie los conoce pero que durante mucho tiempo estuvieron en la A, reciben lo mismo que los campeones de copas internacionales; así, el Unión Magdalena, perdido en la B desde hace mucho tiempo y sin razón alguna para aspirar a subir de categoría recibe el mismo dinero que Millonarios o mas que Fortaleza, que con gran esfuerzo ha logrado dos veces ganar la categoría.
¿Qué sentido tiene premiar a estos equipos, que poco hacen por el espectáculo, que poco venden y que poco aportan al campeonato? En el horizonte aparece siempre una Súper Liga, en Europa se ha planteado varias veces y varias veces se modifica el formato de Champions League para pagarle más a los que más venden.
En sudamerica la super liga podría reverdecer el fútbol profesional de este lado del atlántico; imaginémonos por un momento una liga sudamericana con Olimpia, Nacional, Boca Juniors, Sao Pablo, Peñarol y Colo Colo, con la posibilidad de enfrentamientos solo imaginados en copas libertadores de los ochentas sería mucho mas interesante para patrocinadores, televisiones y público que lánguidos encuentros entre equipos desconocidos con estadios con apenas 500 espectadores y horarios exóticos.
Muy pocos equipos equipos tienen una afición estable tan grande que no necesitan salir campeones o pelear los títulos, su hinchada es fiel y en algunos casos como River Plate o América, aún en segunda división, prenden muchos más televisores que nuevos equipos de la primera división.
Estos equipos no pueden jugar solos, sin embargo en la mayoría de veces poco importa el rival, la gente va a ver o prende el televisor por ver jugar al Barcelona, poco importa el “otro equipo”. Personalmente creo que el formato nacional, y más el colombiano, se está quedando corto, la súper liga volvería a traer aficionados que siguen y pagan los torneos europeos.
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