De acuerdo con algunos manuales, el árbitro es “la autoridad total para hacer cumplir las reglas de juego en el partido para el que ha sido nombrado”, “debe cronometrar y tomar nota de los incidentes” “interrumpir, suspender o finalizar el partido de ser necesario”, “en caso de que un jugador cometa más de una infracción al mismo tiempo, el árbitro castigará la más grave”, “permitirá que el juego continúe si el equipo contra el cual se ha cometido una infracción mantiene la posesión del balón y consigue mayor ventaja con respecto al contrario, y sancionará la infracción cometida inicialmente si la ventaja prevista no se cumple en ese momento”.
En un campo grande una sola persona debe dirigir a 22 jugadores mucho menores que él y evidentemente mejor preparados físicamente.
Adicionalmente de esos 22 se pueden cambiar 6 que con nuevas energías evitan que el ritmo de juego decaiga, el juez, salvo rarísimas excepciones puede ser cambiado por otro que, por ejemplo esté mejor físicamente.
El árbitro de fútbol tiene pocas ayudas, apenas un juez de línea que está relativamente cerca a la jugada y pocas veces colabora en solucionar una jugada difícil y el cuarto árbitro que hasta ahora tiene un papel secundario.
En el pasado Mundial vimos partidos jugados a una velocidad asombrosa, los alemanes, holandeses y por supuesto los colombianos jugaron a un ritmo nunca antes imaginado, basados en la juventud de sus jugadores y en su preparación física; frente a esta evolución, los árbitros siguen con un sistema implementado para el mundial de México de1970 cuya principal innovación fueron las tarjetas para evitar equívocos idiomáticos.
Salvo en el fútbol, los demás deportes han adoptado medidas que mejoran el rendimiento arbitral, el tenis adoptó tecnología para decidir sobre los puntos de difícil apreciación sobre las líneas; el básquet tiene equipos de cinco personas con árbitros en cancha que dirigen el partido y en mesa que manejan temas puramente administrativos como tiempos, cambios y ajuste de reloj. Béisbol tiene un árbitro en cada almohadilla que es donde generalmente ocurren las jugadas difíciles y para las finales se agregan dos más con el propósito de hacer menos probable el error de uno de estos.
En el último partido de la serie mundial, una de las jugadas más polémicas fue modificada luego de que la repetición instantánea mostrara que la decisión tomada inicialmente no era la correcta. Esto cambió el rumbo del juego y de no haber sido por la repetición instantánea, dicen los analistas, que el resultado final habría sido diferente.
Resulta paradójico que Farid Mondragón el jugador de más edad de toda la historia de los mundiales es menor que gran cantidad de los árbitros que dirigieron este campeonato.
El árbitro de fútbol está absolutamente solo, no tiene apoyo de la tecnología, sus compañeros jueces de línea es poco lo que ayudan y los jugadores a los que dirige son cada vez más rápidos, hábiles y en algunos casos terriblemente mañosos.
El árbitro de hoy es prácticamente el mismo al de 1970 mientras que el juego actual cambió en velocidad, estrategia y tecnología con jugadores atletas que recorren la cancha. Fifa debería intentar implementar cambios que le ayuden a sus sufridos jueces a dirigir mejor los juegos,
Fifa debería implementar mejoras en el sistema arbitral, el mayor problema es la dinámica propia del fútbol que tiene pocas interrupciones, la repetición instantánea es ideal para deportes como el fútbol americano o el béisbol que permiten detenciones sin que afecte el ritmo del partido, en el fútbol es impensable. Las ayudas tecnológicas son adecuadas para algunas situaciones puntuales como los goles fantasmas y temas de balones dentro o fuera del terreno. Pensar en más de un árbitro dentro del campo de juego o a menos jueces de mesa que liberen al juez central de varias tareas de tipo administrativo.
La razón por la cual cada vez nos quejamos más de los árbitros, no es porque cada vez sean menos buenos, tal vez es porque el juego evolucionó y su papel sigue siendo el mismo de los años 70 del siglo pasado.
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