Afortunadamente la moda de los Zombis está pasando, hace algún tiempo no había semana en televisión o cartelera de cine que no tuviera estos poco agradables personajes. Raro es empezar una columna jurídico-deportiva con este tema, pero luego de una conversación con el presidente de un club de fútbol me di cuenta que la estructura del negocio de varios clubes profesionales de fútbol en Colombia, en especial de la B, logra generar equipos que no van a desaparecer jamás pero que no están participando de manera activa en los campeonatos, son muertos vivientes.
Me explico. Los seres humanos nos movemos por incentivos, al igual los equipos de fútbol. ¿Cuáles pueden ser los incentivos para un equipo profesional? En general ganar, torneos, dinero, hinchada, alguna de éstas o todas. O al menos mejorar para tratar de llegar algún día a ganar alguna de las anteriores. En el fútbol la principal fuente de riqueza está en los derechos de televisión, derechos que generalmente se reparten por logros deportivos y rating. Un equipo con un buen puesto en la tabla recibirá mucho, muchísimo más dinero que uno que esté en los últimos puestos y por supuesto uno de una división inferior. De manera que el interés de un equipo por quedar campeón no es únicamente por poner una estrella más en el escudo o salir a celebrar a una fuente, se trata de recibir mucho más dinero, adicional a jugar copas internacionales que también darán más ingresos. Adicional a lo que gastarán los nuevos hinchas atraídos por un club ganador, pensemos en el caso de hace dos años del Leicester y su venta de camisetas y boletas.
En Colombia ganar o perder, estar en primera o segunda no implica recibir más dinero de televisión. La regla general es una repartición equitativa de los recursos de televisión que en nada ayuda a los equipos grandes, poco incentiva a los chicos y genera situaciones tan absurdas como que es mejor permanecer en segunda división (primera B) que subir de categoría.
La razón no es difícil de entender. Antes que nada, en el fútbol colombiano solo se puede llegar a descender a la primera B, de manera que el peor torneo del peor equipo con los peores números no significa un descenso a la tercera y tampoco una desmejora en la cantidad de dinero que recibe por TV. Equipos nuevos con poca hinchada o descuidada desde hace tiempo no ven necesario gastar dinero, con lo que reciben de TV cubren el 80% o más del presupuesto del año, con algo de publicidad en la camiseta y un patrocinador están tranquilos. ¿Qué interés puede tener este dirigente en hacer algo mejor? Ninguno, son equipos que nada ofrecen.
Los grandes equipos, no cuentan con el dinero de TV, para estos representa menos de un 3% de su presupuesto y no importa lo que hagan nunca van a recibir algo mejor, al final tampoco es tan importante ganar, salvo la estrella y la vuelta olímpica. Es un esquema que desincentiva el trabajo pues ni siquiera se hace necesario promover jóvenes figuras para transferirlas, repito, con la sola TV se cubren en un porcentaje muy elevado todas las necesidades del club y aún sin trabajo nada pasa. Para que los grandes equipos prendan televisiones deben jugar con equipos chicos, este es el motivo que en varios lugares se hace una repartición con varios criterios y al menos una parte del total se reparte de manera equitativa. El resto se entrega por posición en la tabla y rating lo que incentiva a los equipos y sus dirigentes a intentar ganar para recibir más.
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