Estadios

La semana pasada se retomó la controversia sobre la utilización de ciertos estadios, en determinados horarios. Pues según algunas personas representa una ventaja importante para el equipo local. El primer caso es el estadio en el que jugó Bolivia, el Estadio Municipal de El Alto situado a 4085 metros sobre el nivel del mar. Es claro que la realización de cualquier actividad a esa altitud no es igual que a nivel del mar o aún a 2600 metros como lo sería en Bogotá, más aún cuando se trata deporte de alto rendimiento.

El tema de la altura en los estadios siempre ha estado en el arsenal de disculpas que uruguayos, argentinos, brasileros y paraguayos tienen para explicar derrotas en ciudades como Quito, Bogotá o La Paz.

Ahora aparecen escusas adicionales para los argentinos como puede ser la hora del partido, la humedad de la ciudad o cualquier otra situación adversa o mejor cualquier otro aspecto que se aleje de los cómodos y elegantes estadios europeos, argentinos o brasileros. Como si jugar en Sevilla por esta época no implicara algo similar.

A pesar de lo que dicen jugadores tan importantes como Mbappé, las eliminatorias sudamericanas es uno de los campeonatos de fútbol más difícil. El equipo más débil sudamericano les ganaría fácilmente a unos 30 equipos europeos, empezando por Gibraltar, San Marino y otros estados minúsculos donde juegan panaderos, carteros y uno que otro futbolista profesional de segunda o tercera división. Por distancias a recorrer, calidad de los jugadores y duración representa para las federaciones, cuerpos técnicos y jugadores un reto enorme que hace que luego los mundiales no es que sean fáciles, pero si se desarrollan en situaciones al menos más amigables.

Empecemos por los Bolivianos, es cierto que no es fácil jugar en altura, no es fácil para los bolivianos tampoco, el campo está para los dos rivales y si bien la mayoría de las figuras de todas las selecciones sudamericanas están en Europa y solo pueden venir a jugar los partidos de la eliminatoria con muy poco tiempo de anticipación (tienen apenas 10 días para dos partidos) es posible armar una selección específica con jugadores que se encuentren en su país de origen y puedan estar unos 12 días adaptándose a la altura. Alguna vez lo hizo el seleccionado argentino.

Frente a las quejas de los argentinos por el horario de el partido con Colombia, no tiene sentido, el estadio es el mismo para los dos equipos, los jugadores la mayoría juegan en Europa, algunos en el mismo equipo como Mac Allister y Diaz en el Liverpool. Las condiciones adversas son iguales para los dos equipos por lo que no veo cual es la ventaja de alguno. Distinto es el tema de horarios, pues ocurre muchas veces que un equipo tiene un día mas de descanso hecho que si es relevante en términos de igualdad de condiciones.

También existen factores alejados del estadio que complican esta vez sí a todos los equipos y que son utilizadas de manera recurrente por argentinos; no dejan dormir a los jugadores gracias a pólvora y música durante todo el tiempo en que se hospedan antes de jugar. De eso no se habla al sur y dirán que es parte de la cultura futbolística del país. Entonces en qué quedamos ¿quitamos todo lo que pueda molestar a los jugadores o solo algunas cosas que molesten a algunas selecciones?

La realidad es que a nadie en la dirigencia le importa si hay algún riesgo, si se sobrecargan de partidos a los jugadores o cuantos días permanecen entre aviones y aeropuertos, las eliminatorias sudamericanas seguirán jugándose así y no pasará nada.