El pasado Giro de Italia fue una demostración del gran poderío del ciclista Tadej Pogačar que ganó seis etapas y la general con aparente gran facilidad. La superioridad mostrada respecto al resto de ciclistas fue abrumadora. Frente a estas demostraciones cada vez menos frecuentes donde parece que todo se debe decidir en el último kilómetro lo primero que se dice no es que se trate de un ciclista excepcional con condiciones únicas, no, inmediatamente empiezan los rumores de dopaje. Exciclistas indican que no es normal semejante presentación. Dirigentes y técnicos dicen que el dopaje siempre está presente en el ciclismo y claro los que les hacen fuerza a los otros ciclistas dicen como siempre que es imposible el ciclismo sin dopaje.
La realidad es que ciclistas como Mercxy, Hinault o el no tan conocido Maertens han ganado tantas o más etapas que Pogačar en el Tour de Francia que parece que es más complicado.
Parecería que Pogačar no ha consumido sustancias de la lista de sustancias prohibidas de WADA, de lo contrario ya habría presentado un resultado analítico adverso. Se supone que los laboratorios europeos tienen tecnología de punta y que detectan hasta la mas mínima cantidad de esas sustancias. Se supone, lo digo, porque durante más o menos ocho años esos mismos laboratorios no encontraron nada en las muestras de Lance Armstrong.
Esta actitud no es nueva, cada vez que aparece un gran deportista que arrasa con el resto de los participantes se sugiere dopaje. Lo primero que tengo que decir es que a ningún deportista mediocre se le acusa de doparse, a estos no se les hacen controles y por supuesto no tienen demostraciones excepcionales. Seguramente mucho segundón ha tratado de mejorar su rendimiento con sustancias prohibidas, pero ni así lo logra.
Por otra parte, a pesar de ser una lista abierta, consumir una sustancia que no está en la lista de sustancias prohibidas no puede ser considerado dopaje. Una vez incluida si se puede decir que un deportista se dopó. Así le ocurrió a María Sharapova que consumió una sustancia denominada meldoniun mientras no estuvo en la lista de sustancias prohibidas; una vez apareció, se le sancionó.
Adicionalmente hay muchos deportes y hasta países donde no se hacen controles al dopaje, por lo que básicamente se acusa de doparse, sin ninguna evidencia, a ciclistas, levantadores de pesas y atletas que son a los que verdaderamente controlan. Del resto poco o nada se habla, no porque no se dopen (no tengo idea si lo hacen o no) sino porque no se controla.
Por otra parte, hay una noción errada del dopaje, se habla de dopaje financiero o mecánico. Eso es una forma de dulcificar la palabra trampa. Si a determinado equipo solo se le permite gastar una suma específica de dinero y gasta más, ahí no hay dopaje, simplemente se está haciendo trampa y debe ser castigado. Lo mismo ocurre con las mejoras mecánicas en carros o bicicletas o en la utilización de materiales no aprobados para elementos deportivos.
Ocurrió con Lucho Herrera cuando subía las montañas francesas como ninguno, inmediatamente se le acusó de consumir “algo” que lo hacía excepcional y ocurrirá cada vez que un ciclista sea superior al resto. La realidad es que la organización del ciclismo no ayuda y deja que tipos como Armstrong se dope, gane y matonee a quien lo acuse. Siempre aparecerán ciclistas con deseos de ganar todo y con las condiciones, el entrenamiento y el equipo que le ayuden sin necesidad de acudir a sustancias o métodos prohibidos.
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