Empieza el año deportivo con el abierto de Australia; el tenis es uno de los pocos deportes que intenta igualar hombres y mujeres. No lo logra pero se nota la intención de hacer una actividad similar para ambos sexos. Hasta ahora ni los patrocinios ni los horarios son equitativos, pero se juega en los mismos escenarios y se intenta alternar partidos femeninos y masculinos. Un gran avance que se debería hacer más visible es que, al menos en el abierto de Australia, los premios para hombres y mujeres son los mismos. Hecho impensable en cualquier otra disciplina.
El día de las finales se debería analizar, seguramente por asuntos comerciales es mejor hacerlo en días separados pero por igualdad de género lo ideal sería que fueran las dos finales en domingo. Personalmente prefiero ver dos finales en días diferentes pero algunas personas consideran que lo equitativo es que tanto hombres como mujeres jueguen la final el domingo, no faltaran finesas como cual de los dos se juega primero. Para terminar hay indicar que desde 1922 con algunas interrupciones se ha jugado torneo de dobles mixtos en Australia y en otros torneos inclusive desde el siglo antepasado.
A pesar de lo dicho, no entiendo por qué las mujeres siguen con partidos mas cortos, el tema de que físicamente no son capaces de aguantar partidos de más de tres horas está totalmente superado, no conozco otro deporte donde se haga tan evidente esta diferencia. En las carreras de calle, por ejemplo, la única diferencia es el momento de salida, las mujeres salen antes, en fútbol se juegan los mismos 90 minutos y en general se hace la misma actividad. Esta búsqueda de la igualdad refuerza mi posición de que las mujeres deberían jugar partidos hasta de cinco sets.
Parte de esta situación es la respuesta de la gente, es bueno resaltar que el público paga boletas caras acude masivamente a los partidos de tenis tanto masculinos como femeninos y aplaude a rabiar a Djokovic y a Swiatek.
Bien diferente es el fútbol y me voy a referir a los torneos colombianos femeninos. Parece evidente que a la dirigencia colombiana poco le interesa fomentar el fútbol de mujeres; la realidad es que hasta ahora no es negocio, Santa Fe y América son de los pocos clubes que apoyan el fútbol femenino y trabajan para mejorar cada año su equipo de mujeres.
Para el resto de los equipos es una imposición de Conmebol tener fútbol femenino para poder jugar torneos continentales (sudamericana y libertadores). Tener un equipo profesional de fútbol masculino cuesta, adicionar uno femenino es todavía más costoso. El público no acompaña y los patrocinadores son escasos, hacer un torneo largo es difícil. Parece que hacer partidos dobles no es lo deseado para algunos; abrir un estadio es caro y un partido sin público no tiene sentido. Parte de lo necesario para que el fútbol femenino progrese tiene que ver con los espectadores que acudan al partido y que paguen. Los buenos aforos de los estadios en fútbol femenino se deben básicamente a que son gratuitos. Es el momento de que no solo organizadores y clubes se empeñen en organizar el fútbol femenino es fundamental que la hinchada participe activamente en este campeonato.
También es el momento para que el gobierno cumpla con las promesas de apoyarlo, es claro que ni al ministerio ni al presidente le interesa genuinamente el fútbol femenino; para ellos el deporte es una actividad menor digna de seres poco o nada pensantes alejados de la intelectualidad de izquierda.
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