La trampa es tan antigua como el deporte mismo, sin contar asuntos de dopaje durante la larga historia moderna del deporte.
No se trata simplemente de hacer algo contrario al reglamento, una falta en un partido de fútbol, la utilización de un material novedoso fuera del reglamento pero no prohibido o nuevas formas o técnicas para determinado deporte.
Se trata de actuar de manera voluntaria en contra del reglamento, muchas veces de manera secreta para lograr ventaja o para ganar una prueba o un campeonato.
Esto evidentemente es contrario al espíritu del deporte que busca igualdad de condiciones en los participantes y que gracias a esto gane el mejor. La trampa está castigada de manera severa en todos los deportes pues atenta contra las raíces mismas de estas actividades.
Las siguientes son algunas de las trampas más famosas en la historia del deporte mundial:
El Soviético Boris Onischenko, un participante de la disciplina de Pentatlón Moderno, que incluye una prueba de esgrima, en los juegos olímpicos de 1976 en Montreal logró manipular su espada para que marcara puntos de manera fraudulenta, sin lugar a dudas por ser en los olímpicos y tratarse de una maniobra absolutamente premeditada muchos lo consideran el mayor fraude de la historia del deporte.
En 1919, ocho jugadores de béisbol de los Medias Blancas de Chicago decidieron aceptar dinero a cambio de perder la serie mundial, los culpables fueron expulsados de por vida y ninguno pudo siquiera volver a entrar a un parque de béisbol.
Durante el campeonato mundial de los pesos pesados entre Sony Liston y Cassius Clay en cuarto round Clay estuvo a punto de retirarse pues los guantes de su rival estaban untados con alguna sustancia irritante, la calidad del retador permitió durante un round esquivar golpes prácticamente a ciegas y posteriormente en el octavo asalto noquear a Liston.
En una de las rivalidades más famosas del patinaje artístico sobre hielo Americano, la deportista Nancy Kerrigan fue golpeada brutalmente en la rodilla por desconocidos; poco tiempo después se descubrió que la agresión había sido planeada por el exmarido de Tonya Harding, la principal oponente de la víctima.
El fútbol tiene varias situaciones en las que algún participante se ha apartado del reglamento para lograr ventajas frente a su oponente; manos famosas como la de Thierry Henry en el partido de clasificación al mundial de 2010, el propio Henry indicó “claro que fue mano, pero no soy el árbitro”.
Durante las eliminatorias para el mundial de Italia en 1990 durante un partido entre Brasil y Chile el arquero Roberto Rojas se cortó deliberadamente en la cara luego de que una bengala cayera cerca, sin tocarlo, a la portería chilena que defendía; poco tiempo después se descubrió todo el montaje, Rojas fue retirado de por vida del fútbol y la selección chilena no pudo participar en la siguiente eliminatoria para el mundial de Estados Unidos.
Un engaño que todavía recorre la prensa mundial fue comentado por Maradona quien confesó en tono de burla que durante el partido que Argentina se enfrentó a Brasil en el mundial de1990, los utileros argentinos entregaron a los jugadores brasileros agua con algún medicamento tranquilizante.
Bastante famosa fue la trampa que cometió la Cubano americana Rosie Ruiz quien en 1980 ganó la maratón de Boston en la que mejoró su marca personal en algo más de treinta minutos, la deportista llegó a la meta sospechosamente relajada, con poco sudor y sin ninguno de los signos de fatiga que cualquier persona muestra luego de correr un poco más de 42 kilómetros, si bien hasta el momento no hay certeza al respecto, se cree que en algún lugar se subió al metro y unas dos millas antes de la meta volvió a la ruta para ganarla.
Las reglas de cada deporte están diseñadas para ser respetadas, sin importar su propósito, apartarse de estas de manera deliberada para obtener beneficio debe ser castigado de manera vigorosa.
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