Ya no nos desafilian

La semana pasada en una muestra más de cómo se maneja el fútbol en Sudamérica, el presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, la secretaria general, Sabrina Martin Zamalloa y otros dirigentes de menor jerarquía, fueron detenidos por la fiscalía de ese país que los acusa de formar parte de una trama de corrupción, enriquecimiento ilícito y lavado de activos entre otros delitos. Todos quedaron detenidos por un plazo de hasta quince días y las autoridades allanaron la sede de la Federación Peruana de Fútbol y la casa del presidente, una intervención en toda regla.

Uno de los grandes sustos de cualquier autoridad para tomar medidas como la que tomó la fiscalía peruana es la orden que supuestamente daría Fifa de desafiliar el fútbol de aquel país que se inmiscuya en el fútbol

Desde hace mucho tiempo la amenaza de un presidente de una federación de fútbol, sobre todo de cualquiera de los diez países de la Conmebol es enviar comunicación a Fifa en la que se le informa que el gobierno está interviniendo el fútbol. Normalmente, hace también algún tiempo Fifa enviaba un fax con la amenaza de desafiliación y eso solo bastaba para que la autoridad insolente cesara su trabajo.

Son muchos los escándalos que hasta hace poco eran silenciados con la tan cacareada desafiliación, no se puede olvidar que, hasta hace relativamente poco, la sede de la Conmebol tenía inmunidad diplomática como si de una embajada se tratase. Esto ha cambiado en muchos sitios donde se mira con otros ojos al fútbol y también donde aparecen dirigentes más competentes.

La situación cambió desde que la fiscal de estados Unidos, Loretta Lynch, tuvo a bien mandar a la cárcel a prácticamente todos los presidentes de las federaciones sudamericanas por pertenecer a una trama de corrupción enorme con ingresos de muchos millones de dólares. A partir de ese momento la política sobre la injerencia de terceros cambió. Es cierto que Fifa no permite que haya injerencias externas en asuntos internos de una federación, tal como lo dice el artículo 19 de sus estatutos que indica que “Todas las federaciones miembro administrarán sus asuntos de forma independiente” Esta independencia tiene que ver con temas electorales, de nombramiento de personal y políticas del deporte; no significa, por otra parte, que los funcionarios de cualquier federación de fútbol tengan carta blanca para cometer delitos, amparados desde Suiza.

Ya hemos visto en España como el señor Rubiales tiene que presentarse a la justicia a responder por un delito de agresión sexual y coacción. Fifa no solo guardó respetuoso silencio en todo el escándalo; su comisión disciplinaria lo sancionó con tres años sin poder realizar actividades relacionadas con el fútbol.

Es bueno que el fútbol y las federaciones nacionales de cualquier deporte no sean permeadas por los políticos, más en países como el nuestro donde estos personajes son en muchos casos francamente incompetentes, distinto es que por eso puedan los dirigentes hacer lo que les de la gana de manera impune.

La selección peruana jugó sin problemas el partido en Lima por eliminatorias contra Chile a pesar de no tener un presidente en funciones. Habrá que esperar para analizar los siguientes acontecimientos tanto en Lima como en Zúrich. Lo que si no creo es que Fifa intente frenar un asunto penal que parece bastante notorio. El momento es complejo para el fútbol peruano y se debe manejar de la mejor manera para evitar mayores inconvenientes.