Retomando parte de los temas que he abordado en columnas anteriores, quisiera volver a puntualizar en la importancia del elemento creativo para los abogados.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el concepto de economía naranja es un “conjunto de actividades que de modo encadenado permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual”.
Teniendo en cuenta las cifras presentadas por este diario, la Cámara de Comercio de Bogotá y el Dane, en el PIB del primer semestre de 2018, las actividades artísticas y de entretenimiento representaron un aporte al país del 2,7% (tres puntos por encima del valor obtenido por los mismos sectores para 2017).
Sumado a lo anterior y teniendo en cuenta la desaceleración de la industria petrolera a nivel global, los mercados económicos alternativos son el nuevo blanco al que apunta la inversión y el emprendimiento: la creatividad es un recurso limpio y renovable que posibilita generar riqueza.
Si bien antes hablaba de una expectativa y exhortación que, bajo varios puntos de vista considero importantes de explorar para fortalecer nuestra profesión, hoy por hoy y debido a importantes manifestaciones hechas recientemente por el presidente Duque, el Banco de la República, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y la Andi, vale la pena prestar atención a lo que seguramente será uno de los motores del planeta en poco tiempo.
Por un lado y durante su discurso de posesión, Duque puntualizó que: “estamos comprometidos con el impulso a la economía naranja para que nuestros actores, artistas, productores, músicos, diseñadores, publicistas, joyeros, dramaturgos, fotógrafos y animadores digitales conquisten mercados, mejoren sus ingresos, emprendan con éxito, posicionen su talento y atraigan los ojos del mundo”; por su parte, José Antonio Ocampo, codirector del Banco de la República, apoyó esta iniciativa explicando que esta economía es un tema “centralizado al Ministerio de Cultura, aunque también el MinTIC tendría cierta influencia, e igualmente es importante el involucrar ciencia y tecnología que es otra forma de creación dentro del desarrollo”, por la misma línea caminó el Ministro de Comercio, Industria y Turismo José Manuel Restrepo, al anunciar una “nueva emisión bonos de Bancóldex, focalizados a empresas que hacen parte de la economía naranja, relacionadas a las actividades de creación de riqueza por procesos creativos”, finalmente me permito destacar que en la clausura del Tercer Congreso Empresarial Colombiano-74 Asamblea Nacional de la Andi, el Primer Mandatario anunció la exención del impuesto de renta por cinco años para emprendedores del mencionado sector y a lo cual el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, respondió diciendo dijo que la comunidad emprendedora de la Andi ve con buenos ojos los planteamientos presentados por el Presidente, para el sector de las industrias creativas.
Con todo lo anterior, es importante aclarar que la economía naranja (igual que el derecho), cabe en cualquier sector y, en suma, es claro que existen motivos interesantes para involucrar a la industria creativa dentro del ejercicio cotidiano del jurista en Colombia dinamizando la experiencia de los clientes, generando procesos eficaces y aportando no solo un valor agregado a los servicios legales, sino obteniendo jugosos réditos al lograr evolucionar y llevar un paso adelante al abogado tradicional que responda a los conflictos actuales.
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