Con el lanzamiento del F125S creado por Enzo Ferrari en 1947, la historia automotriz vio surgir una de las marcas mejor posicionadas en cuanto a status en el mundo. Dos años después de la II Guerra Mundial en plena reconversión de los postulados económicos, industriales y sociales, este genio, vendedor y corredor de carros, involucró sus sueños y su esfuerzo de manera magistral en las 24h de Le Mans, Las Mille Miglia, La Targa Florio y posteriormente, la Fórmula 1, competición en la cual esta marca mueve más del 45% de los ingresos anuales de sus competencias.
No más el año pasado, para esta época, Ferrari ya había registrado récords de ventas con ingresos superiores a 1.765 millones de dólares, lo cual significó un crecimiento de 14,5% más que al año anterior. En ese año, 2014, los beneficios comerciales de la marca sumaron 242 millones de dólares, un 5,2% por encima del primer semestre de 2013.
Disney por su parte, sólo por concepto de parques temáticos, dejando por fuera las redes de medios que incluyen Espn deportes, canales de Disney y ABC; mejoraron un 6% con respecto al año anterior, reportando 3.760 millones de dólares, impulsando un 24% las ganancias operativas de la unidad de venta tras la subida de precios en boletos y estadías hoteleras.
Las anteriores cifras desbordan de entusiasmo cualquier sector comercial que quiera permitir y ayudar a materializar esos indicios para que estas marcas tengan presencia en nuestro actuar comercial; pero, realmente ¿cuáles son los bemoles más cuestionados a la hora de confrontar ese sueño con nuestra realidad?
Contrario a lo que muchos puedan creer, en Colombia, muchas personas sí podrían tener tranquilamente acceso a cualquier Ferrari en todas sus gamas. No es un secreto que la Franquicia ya estuvo en el país y que en su época se mantuvo varios años con importantes cifras en ventas.
Disney por su lado, nunca ha estado, pero un elevado porcentaje de nuestra población ya ha ido hasta su casa a visitarlo, transitando por las excelentes vías de acceso que tienen los parques cuya franquicia aparentemente quiere hacer presencia en nuestro país según Diego Escobar Guinea, Alcalde de Girardot.
De ser todo cierto y que estos dos grandes exponentes de sus industrias vuelquen sus ojos hacia nuestro territorio, habla muy bien de la confianza que hemos despertado, aunque con absoluta honestidad pero también con esperanza casi infantil de que esto suceda, hay que hacer unos ajustes para que nuestras vías puedan ser abordadas por la invaluable presencia del Cavallino Rampante en donde tendríamos que hacer un costoso barrido de roedores públicos y con la vara mágica de algún hada de Disney convertir nuestra infraestructura hotelera y vial en fuentes de acceso dignas para visitar al adorable ratón, ojalá y por qué no, en la última creación perfecta de los sucesores de Enzo, denominada: “La Ferrari”.
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