En el entorno económico actual, caracterizado por la innovación y la competencia, el emprendedor no solo se enfrenta a la toma de decisiones estratégicas sobre su negocio, sino que también debe implementar estrategias para mantener un esquema de planeación patrimonial que brinde seguridad financiera y jurídica. Por esto, algunas de las prioridades del emprendedor deben ser la protección de los activos productivos, la sostenibilidad empresarial y la planeación fiscal que derive en una tributación eficiente en cada etapa de negocio.
Definir la visión patrimonial del emprendedor respecto de su negocio es relevante, pues a partir de esta es posible comprender la interrelación entre el patrimonio tanto del negocio como del propio emprendedor, y así lograr una separación adecuada entre las finanzas personales y las empresariales, limitar la responsabilidad del emprendedor y organizar su actividad económica.
Al respecto, la utilización de sociedades por acciones simplificadas ("S.A.S.") en la estructura patrimonial es una estrategia eficaz para proteger activos y limitar la responsabilidad del emprendedor, permitiendo que esta se restrinja al valor de su aporte. Además, el emprendedor tiene la flexibilidad de configurar el esquema societario según sus necesidades, pudiendo ser el único accionista y estableciendo reglas para la gestión de activos, la toma de decisiones y la transición de poder, en función de las dinámicas de su negocio y sus grupos de interés. No obstante, se debe identificar el momento propicio para introducir una S.A.S. en la estructura patrimonial, dado que estos vehículos representan una carga operativa y tributaria mayor debido a la obligatoriedad de llevar contabilidad, facturar electrónicamente, cumplir con la rigurosa determinación y control de la tasa mínima de tributación, entre otros aspectos.
Por otro lado, resulta crucial que el emprendedor asegure la sostenibilidad de su empresa o cree las condiciones adecuadas para una posible venta futura del negocio desde sus inicios. Para tal efecto, el emprendedor puede establecer una estructura patrimonial basada en políticas de gobierno corporativo, en virtud de las cuales se definan con claridad las funciones, responsabilidades y roles de los socios, los canales de comunicación con grupos de interés internos y externos, los procedimientos para resolver conflictos, las estructuras salariales y la diversificación de inversiones.
Otro aspecto clave es la optimización de los beneficios fiscales en el marco del negocio. A pesar de que la última reforma tributaria derogó beneficios clave para el emprendimiento, tal como la renta exenta para empresas de economía naranja, aún existen beneficios y regímenes que contribuyen a la eficiencia tributaria empresarial. Entre los beneficios actuales se destacan los descuentos por inversiones en medio ambiente, investigación, desarrollo tecnológico, innovación y el descuento del IVA pagado por la adquisición e importación de activos fijos reales productivos. Además, el régimen simple de tributación, diseñado para la formalización, es una alternativa para una tributación eficiente en el inicio del desarrollo empresarial.
Emprender representa diversos desafíos, y el éxito de un nuevo negocio radica en la capacidad de comprender y adaptarse al cambiante entorno económico, legal y comercial. Por esta razón, definir una visión patrimonial de negocio es crucial para el emprendedor, pues así podrá tomar buenas decisiones de planeación patrimonial.
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