La industria del entretenimiento audiovisual, entendida como ese negocio que abarca los medios masivos de comunicación, el cine, la televisión bien sea por demanda o suscripción y la publicidad, entre otras, cada vez adquiere más protagonismo en el mundo y es una de las grandes apuestas que el Gobierno ha realizado para catapultarlo como uno de los sectores que puedan jalonar la economía nacional.
Si bien es cierto, se han otorgado herramientas jurídicas que permitan a la industria audiovisual tener ventajas competitivas y crear un ecosistema que convierte a Colombia en un país interesante para la inversión extranjera, especialmente en las producciones audiovisuales, y por parte del Ejecutivo se han impulsado importantes iniciativas como lo es la famosa Economía Naranja, la cual según estimaciones oficiales podría generar empleos a más de 700.000 personas, duplicar su participación en el producto interno bruto (PIB) del país para 2022, el cual se encuentra en la actualidad cerca a 3,4% del PIB y de esta manera convertirse en sector dinámico que atraiga inversión extranjera, se requiere que por parte de los actores de esta industria audiovisual se formalicen y estructuren sus procesos internos y legales.
Teniendo en cuenta que el sector del entretenimiento audiovisual en Colombia cada día adquiere un papel más protagónico y el nivel de calidad de los servicios prestados ha convertido al país en un referente internacional para la producción de piezas independientemente de su formato, se evidencia cada vez más la urgente necesidad de formalizar los procesos legales que este sector está llevando a cabo, lo anterior, ya que estamos frente a un cambio de importantes magnitudes en un sector que por su propia naturaleza ha sido proclive a la informalidad y ausencia de procedimientos organizacionales que le permitan minimizar las contingencias jurídicas que puedan presentarse en el desarrollo de los negocios inherentes a su objeto.
Es por esto que hacemos un llamado a los diferentes actores del sector para que aprovechando este proceso de fortificación del sector, la atención que está teniendo por parte del Gobierno Nacional, el buen momento por el que está pasando la industria a nivel mundial y el Good Whell y Know How que la industria audiovisual colombiana está adquiriendo a nivel internacional, se le de mayor protagonismo dentro de la estructura administrativa y operacional a la formalización de las relaciones negociales propias del desarrollo de su objeto, lo cual se traduce en dejar a un lado la informalidad y darle un tratamiento más corporativo, desde una perspectiva legal, a los procesos contractuales que se originan de las diferentes actividades propias del sector.
Este tipo de formalizaciones, lo que conllevan es a tener un parte de tranquilidad y transparencia en sus relaciones comerciales, que redundan en seguridad jurídica y relaciones estables a largo tiempo entre los contratantes, ya que contar con la estructura legal que los contratos de cesión de derechos patrimoniales y morales, uso de los derechos de autor, alcances de las obras creadas, coautorías y demás aspectos jurídicos propios del negocio, no deben ser vistos como un problema adicional o la imposición de condiciones adicionales al negocio, sino por el contrario, como un parte de tranquilidad y el establecimiento ex ante de las reglas de juego a inconvenientes o malentendidos que pueden derivarse de la relación comercial, por lo cual debemos dejar a un lado esa relación informal desde una perspectiva legal en una industria compleja como esta y crear cultura jurídica que de tranquilidad a los intervinientes de una manera equilibrada y acorde a la ley.
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