Siempre recordaré a mi primer jefe, el doctor Carlos Urrutia Valenzuela, darme un valioso consejo cuando atacaron con diferentes reclamaciones legales a uno de los primeros procesos de privatización que existió en Colombia. Su frase, corta pero profunda, la he utilizado para muchas otras situaciones profesionales que he tenido que enfrentar y es la siguiente: “Doctor De la Rosa, la vida de vez en cuando nos pone retos y toca afrontarlos con toda la determinación, como eso, un reto de vida”.
Pues bien, creo que a todos los que trabajamos en oficinas de abogados, sin importar el tamaño o especialidad, nos toca afrontar la situación de la pandemia actual como eso, un reto de vida. Para el efecto, propongo algunas acciones para hacerle frente con decisión a este reto de vida, en nuestra condición de abogados:
1. Al igual que cualquier otra empresa, las oficinas de abogados deben tener una responsabilidad enorme frente a sus empleados para mantener la estabilidad laboral, tanto de los abogados como de aquellos que trabajan en el área administrativa. Por supuesto que a algunas oficinas no les quedará más remedio que realizar ciertos ajustes, como a la mayoría de las empresas, pero la invitación es a efectuar un esfuerzo grande para ser ágiles y creativos al buscar alternativas para mantener por lo menos el status quo laboral y que, en el evento de hacer ajustes, éstos sean efectivamente el último recurso.
2. Tengamos consideración con nuestros colaboradores en la parte personal: preguntémosles cómo se sienten, si necesitan ayuda o alguna asistencia. Recordemos que nuestros colaboradores son lo más valioso que tienen todas nuestras organizaciones.
3. Intensifiquemos nuestro trabajo pro-bono. Seamos creativos, tratemos de innovar, pensemos en cómo, juntos, podemos ayudar en la prestación de servicios legales para construir un mejor país en medio de la coyuntura actual. Se me ocurre, por ejemplo, que trabajemos en proteger el derecho al trato igual y a la seguridad en el trabajo de los médicos y demás prestadores de la salud o en proponer esquemas de colaboración eficientes entre el sector público y privado para superar las distintas necesidades que se presenten.
4. Seamos responsables y éticos en nuestra asesoría; esto no significa que no protejamos los intereses de nuestros clientes, pero tratemos de ser creativos, seamos claros con nuestros clientes de diversas alternativas buscando en la medida de lo posible el beneficio y la protección de los negocios en marcha.
5. Rodeemos a nuestros líderes locales, a nuestro Gobierno, sin importar la ideología o partido político de cada cual. Llegó el momento de ponernos al servicio del Estado colombiano, actuando con la responsabilidad que adquirimos como abogados y con el deber ser de nuestra profesión como brújula. Nos llegó el momento de dejar las “leguleyadas” respecto de las medidas administrativas que adopte el Gobierno para hacerle frente a la pandemia. Qué mejor momento para unirnos y demostrar el poder transformador derivado de la alianza entre el Estado y el sector privado.
A pesar de las adversidades, deberíamos sentirnos orgullosos de poder vivir en esta exigente época en la cual únicamente nuestros mejores esfuerzos bastarán para superar la crisis. Colegas, este es nuestro momento para brillar, no habrá otro, nos llegó el día D, asumamos este reto de vida. Necesitamos recordar porqué todos quisimos estudiar derecho, servir a la justicia y a la construcción de un mejor país.
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