Juan Manuel Ojeda
Febrero nos ha puesto a hablar nuevamente de Inteligencia Artificial (IA) en Colombia, si, esa herramienta que tanto furor causó hace algunos meses con el lanzamiento al público de la aplicación ChatGPT, pero cuyo entusiasmo parece haber mermado, tal vez porque para el común de la población resulta aún en una incógnita la manera como puede beneficiarse de la IA.
Como decía, febrero nos puso nuevamente a hablar de IA en Colombia, pues sucedieron dos acontecimientos importantes que muestran la loable intención del Gobierno de promover la IA y trazarse un camino ambicioso hacia el despliegue y uso de la IA, que esperamos no se quede en buenas intenciones, sino que de frutos de los cuales los colombianos nos sintamos orgullosos.
El 7 de febrero pasado El Ministro de las TIC, Mauricio Lizcano, hizo el lanzamiento de la que denomina “Estrategia Nacional Digital (END) de Colombia 2023 – 2026”, que entre otros aspectos de diametral importancia y muy ambiciosos en materia digital y de conectividad, reserva un aparte importante para la IA. Debemos decir que esto no es nuevo, pues ya el CONPES 3957 de 2019 tuvo como uno de sus propósitos desarrollar condiciones que permitan afrontar los cambios económicos y sociales que traerá la IA, así mismo Colombia adoptó las Recomendaciones de la UNESCO sobre la ética de la Inteligencia Artificial y los Principios de la OECD para la Inteligencia Artificial, sin embargo, los tiempos actuales llevan al Gobierno actual a plantear el tema con más profundidad y quizá a aterrizarlo de manera sólida en la realidad colombiana. El END pretende resaltar el liderazgo de Colombia en la formulación de políticas públicas que permitan el uso y desarrollo responsable de la IA, y se plantea como objetivo, en materia de IA, Diseñar y fortalecer iniciativas de política pública para el desarrollo de la Inteligencia Artificial, para lo cual señala como un primer paso, encontrar aquellas oportunidades de fortalecimiento de políticas públicas de distintas entidades que tienen como objetivo impulsar la IA, diseñar la Hoja de Ruta para el desarrollo e implementación responsable de la IA y lo que me parece de mayor importancia para el desarrollo de la IA, implementar laboratorios de investigación, desarrollo e innovación en el campo de IA. Cuando uno lee estos propósitos en el END resulta plausible la intención del Gobierno de fomentar de manera responsable la IA en Colombia, sin embargo, esperamos no se quede en letra muerta y meras buenas intenciones, y pronto veamos la materialización del END en la IA.
Por otro lado, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, el pasado 12 de febrero presentó la “Hoja de Ruta de la Inteligencia Artificial (IA) para Colombia”, que ese mismo Ministerio lo presenta como un documento estratégico que guiará el desarrollo de políticas, acciones y decisiones del Gobierno Nacional, hacia un futuro impulsado por la tecnología, pero siempre arraigado en principios éticos y sostenibles, la Hoja de Ruta se plantea objetivos igualmente loables y plausibles, y da vía libre al desarrollo de la IA, apegado a principios éticos, tal vez siguiendo el camino ya tomado por la Unión Europea en meses pasados, guardando las debidas proporciones, donde ese organismo pretende establecer qué se puede y no se puede hacer con la IA en función del riesgo que suponga para las personas.
En nuestra opinión, si bien las intenciones del Gobierno respecto de la IA reflejan una plausible voluntad política y un reconocimiento de la importancia estratégica de esta herramienta, esperamos que no se quede en letra muerta y que la materialización de estas políticas para el desarrollo de la IA, siempre de manera guiada, responsable y no ilimitada, se vea reflejada en destinación de recursos reales para la creación de laboratorios para el desarrollo de IA, la implementación de la IA en las entidades del Estado, y lo más importante, que el Gobierno promueva la formación de profesionales en temas de IA, lo cual seguramente nos permitirá aprovechar plenamente el potencial transformador de la IA en un futuro no lejano.
*Juan Manuel Ojeda, asociado sénior en Lloreda Camacho & Co.
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