Ahora bien, los criterios básicos para obtener una patente son casi idénticos a nivel mundial, sin embargo, su aplicación y la manera como se interpretan sí varía de país a país. Es por esta razón, que a la hora de preparar una estrategia de protección de nuevas creaciones siempre se debe pensar global.
Por ejemplo, en algunos lugares como Estados Unidos, se otorgan prerrogativas ante divulgaciones previas del inventor, mientras que en Europa tal flexibilidad no es permitida. En otros países como Canadá o India se habla de la necesidad de explotar la patente en ese territorio, entendiendo esto como la necesidad de que el producto se fabrique en territorio nacional.
Colombia ha sido tradicionalmente un país donde se importa conocimiento y tecnología. Según estadísticas de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) a 2016, 75% de las patentes presentadas son extranjeras frente a 25% de solicitudes locales. Sin embargo la tendencia está cambiando, y cada vez son más las compañías colombianas, unidas en algunos casos con universidades y centros de investigación que presentan patentes. La industria nacional cada vez más reclama una protección adecuada para sus inventos.
La principal herramienta para perseguir la presentación de patentes a nivel internacional es a través del Tratado de Cooperación en materia de Patentes o PCT por sus siglas en ingles. Mediante este sistema un solicitante local dispone de doce meses para presentar una solicitud internacional ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (Ompi) que le permitirá obtener un reporte de búsqueda internacional junto con una opinión preliminar sobre la patentablidad de su invento. Adicionalmente, le permitirá contar con una extensión de tiempo de 30 a 31 meses desde la primera presentación para evaluar en cuál de los 152 países miembros desea obtener protección.
Además del sistema PCT, también existe la posibilidad de tramitar solicitudes de patente convencionales en los países de interés invocando el Convenio de París dentro de los subsiguientes doce meses desde la primera presentación en Colombia o en cualquier país miembro. Esta herramienta es crucial en estados que no son miembros del Tratado de Cooperación, como por ejemplo Argentina.
A pesar de tener estas herramientas a disposición vemos que aun cuando se presentan patentes en Colombia, pocas se presentan a nivel internacional. La SIC como oficina receptora de solicitudes PCT cuenta a la fecha con apenas 38 solicitudes desde su certificación en el 2014 y lo que va del 2017.
¿Por qué la renuencia a presentar patentes a nivel internacional? Este indicador negativo puede explicarse por dos factores claves, uno: la falta de planeación estratégica en un contexto internacional y dos: la visión de las patentes como un gasto y no como una inversión.
Es clave asesorarse desde el inicio con expertos en la materia, la relevancia de una búsqueda tecnológica con proyección internacional se traducirá en un documento de patente más robusto y que contemple margen de maniobra creando una solicitud general que pueda ajustar su capítulo reivindicatorio a diferentes legislaciones. De igual forma, es imperativo planear la explotación de la patente para que se perciba como una inversión, una patente en varios países crea poder de negociación, ahí es donde se quiere llegar, lograr captar mercados interesados en comercializar para así poder licenciar la invención y maximizar su retorno económico.
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