Desde el equipo de bancario, servicios financieros y fintech de Brigard Urrutia hemos sostenido desde el año pasado que la industria financiera, la industria fintech y el sistema de pagos electrónico colombiano vienen experimentando un “big bang regulatorio” que va a cambiar drásticamente la forma como los colombianos se aproximan a sus finanzas y las relaciones con sus entidades financieras. Pues bien, ese big bang ya comenzó puesto que el 7 de febrero de 2024 Colombia se sumó a las pocas jurisdicciones de la región que cuentan con un ecosistema de Finanzas Abiertas (Open Finance) regulado y obligatorio para las entidades financieras.
Concretamente, la Superintendencia Financiera expidió la Circular Externa por medio de la cual, entre otras cosas, definió los estándares tecnológicos, de seguridad y otros aplicables a las entidades financieras en el marco de las Finanzas Abiertas. Por las razones expuestas abajo, consideramos que la Circular Externa (y el ecosistema de Finanzas Abiertas) va a impulsar el desarrollo y la innovación tecnológica en la industria financiera, fomentar el ingreso de inversión extranjera al país y el ingreso de nuevos actores al sistema financiero, fomentar entre las entidades financieras y las fintechs la sana competencia por los consumidores, y reducir el uso del efectivo en el país.
Para beneficio de todos, se entiende por finanzas abiertas la práctica en la cual las entidades financieras abren sus sistemas para que la información de los consumidores financieros pueda (previo consentimiento expreso del titular) ser compartida de forma estandarizada con otras entidades vigiladas o con terceros, con el objetivo de que dichas entidades provean servicios a dichos clientes.
Consideramos que las Finanzas Abiertas van a fomentar lo anterior por lo siguiente. Uno, las entidades financieras tienen la obligación, en un periodo de transición, de realizar inversiones de capital necesarias para innovar y modernizar su sofware y hardware para permitir a terceros recibir la información de los consumidores cuando los consumidores así lo exijan. Tal como ocurrió en otros países como Brasil, las entidades financieras van a tener que modernizarse y ofrecer mejores servicios y plataformas para poder competir por los consumidores. De no hacerlo, se exponen a potenciales investigaciones y multas por parte de la Superintendencia.
Segundo, los consumidores financieros colombianos se han tecnologizado y son cada día más exigentes. El hecho de que la Superintendencia haya definido las reglas de juego aplicables a las finanzas abiertas propiciará que varias fintechs locales y extranjeras se animen a entrar al mercado colombiano con sendas inversiones para competir por esos consumidores más exigentes y “tech savy”.
Tercero, la Circular pone fin a la incertidumbre regulatoria que estaba afectando el desarrollo de nuevos productos por parte de las entidades financieras y el ingreso de jugadores extranjeros al mercado colombiano. Aunque se pueden discutir técnicamente algunos puntos de la Circular Externa, lo cierto es que la Superfinanciera ha hecho un grandísimo trabajo en eliminar la incertidumbre regulatoria que estaba frenando el desarrollo de la industria. Ahora, todas las entidades financieras y fintechs conocen las reglas de juego y van a empezar a invertir para competir por los clientes.
Desde BU los invitaremos a una serie de eventos para fomentar las discusiones sobre las Finanzas Abiertas y aportar a la industria.
*Nicolás Alonso, asociado senior del equipo de Bancario, Finanzas y Fintech de Brigard Urrutia
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