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OPINIÓN

Catástrofe en diferido

31 de agosto de 2024

Santiago Soto Luna

Abogado especialista en derecho mineroenergético
Canal de noticias de Asuntos Legales

Como ya es costumbre, semana a semana a los colombianos nos llegan noticias de la caída libre en que van diversos sectores de la económica y, por consiguiente, de las finanzas del país. Para enfocarnos únicamente en el sector energético, el preocupante panorama contrasta con las ridículos comunicados o publicaciones a través de los canales oficiales, sacando pecho por hallazgos de yacimientos de petróleo y gas, o “cacareando” el incremento en la exploración de nuevos pozos con potencial hidrocarburifero; todo esto, mientras las utilidades se las compañías, se van a pique, la inversión esta retraída y la suscripción de nuevos contratos que nos permitan alargar el reducido tiempo de vida de autosuficiencia que le queda al país, es cosa del pasado, pues ya se cumplen dos años sin nuevas inversiones en materia minero energética.

Como bien es sabido, en el sector minero energético, especialmente en cuanto a hidrocarburos se refiere, las consecuencias positivas o negativas que se tomen se evidencian en diferido, por ejemplo, todos esos nuevos hallazgos que con cinismo el gobierno a través de sus ministros y directores de las Agencias, anuncian con aura de triunfo, son producto de buenas decisiones tomadas años atrás, que lamentablemente dan sus frutos para que los capitalicen los verdugos del sector.

Contrario sensu, las malas decisiones que se han tomado los últimos dos años, aun difícilmente se han percibido, toda vez que el gobierno actual sigue disfrutando de las gozosas por cuenta de políticas de años anteriores, liquidación de regalías y demás que no corresponden a las decisiones tomadas por ellos en lo corrido del gobierno; dicho esto, será a la vuelta de un unos dos a tres años, cuando se evidencie el desplome por concepto de regalías, disminución impuestos que dejan de pagar las empresas que reducen su operación, y en un plano menos macro económico, el único aumento que habrá, es el desempleo por cuenta de mano de obra y bienes y servicios ligados estas operaciones.

Parte de esta futura catástrofe energética que viene “pierna arriba” se puede evidenciar en las cifras de diferentes entidades y gremios que se han dado a conocer en las últimas semanas; por un lado, Naturgas anunció en comunicado del 24 de julio de 2024, donde señaló que, de acuerdo al informe publicado por el Gestor del Mercado de Gas Natural en Colombia, la oferta de fas local para la venta en firme no sería suficiente para cubrir la demanda de gas en el corto y mediano plazo, añadiendo un llamado urgente a priorizar acciones y decisiones necesarias y pertinentes para garantizar el suministro; en otras palabras, evaluar como alternativa real y latente, la importación de gas para evitar un desabastecimiento que afecte el consumo residencial e industrial del hidrocarburo.

Adicionalmente, a esta advertencia, la asociación deja la salvedad que, Luz Stella Murgas, quien ha desempeñado una inigualable labor al frente de esta entidad, ha advertido en numerosas ocasiones, la necesidad de tomar acciones que propendan a incrementar la oferta local de gas, toda vez que la importación generará incrementos considerables en el precio de este.

Como si fuera poco, falta ver la improvisada administración de Ecopetrol, que sale a anunciar con bombo y platillo el incremento en la actividad exploratoria, esto, el mismo día que se publica el reporte de unas desplomadas utilidades; el informe, señala que “en el segundo trimestre del 2024 este indicador totalizó $3,37 billones, es decir, cayó 17,4 % frente al mismo periodo del año anterior, cuando llegó a los 4,08 billones de pesos.” Por el lado de los ingresos de la estatal petrolera, estos fueron 32,6 billones de pesos entre los meses de abril y junio, lo cual refleja una disminución de 1,7 billones con respecto al mismo periodo de 2023. (4.9%)

Ahora bien, como si la situación no estuviese lo suficientemente color de hormiga, ECOPETROL, en cabeza de Ricardo Roa, se da el lujo de desistir de concretar el proyecto “Oslo”, el cual, consistía en adquirir la participación sobre los activos de la sociedad CrownRock, la cual pertenece a la Occidental Petroleum OXY. Esta operación convertida en números y barriles de petróleo, le hubiesen significado a Ecopetrol, por lo tanto, a Colombia, el incrementar la producción en 65.000 barriles diarios de crudo, lo cual representa el 5% de la producción total, de cara al año 2025; así mismo, de haberse concretado la operación, habría logrado incrementar las reservas recuperables de crudo. Para el análisis del proyecto, que llevó al rechazo del prospectivo proyecto, los miembros de junta utilizaron “el estómago” más que otra cosa, pues la razón que sustento el desistimiento es que, la empresa CrownRock, ejecuta actividad de Fracking en la zona de la cuenca Pérmica en Estados Unidos, lo cual deja ver que la decisión fue más ideológica que técnica y económica, lo cual, poco sorprende teniendo en cuenta los miembros de la junta de la estatal colombiana.

En todo caso, el presidente de Ecopetrol, haciendo alusión al viejo refrán que reza “la cruz en el pecho y el diablo en los hechos”, dio un parte de tranquilidad, diciéndole a los colombianos que “petróleo va a haber, pero va a costar”, refiriéndose al incremento en la tarifa del gas, que afectará a algunas zonas mas que otras. De acuerdo con el experto profesor de la universidad de los Andes Sergio Cabrales basado en las cifras publicadas por Ecopetrol, solamente para el caso de Bogotá el incremento podría ser de casi el 150% si se empieza a abastecer con gas importado.

Con lo anterior, podría concluir este artículo con la muletilla de esperemos que pronto “cese la horrible noche” pero para mal de los colombianos, la horrible noche no ha empezado aun.

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