Una definición única de “startup” no existe. Sin embargo, dicho término está asociado con una empresa de reciente creación en sus fases operativas iniciales y cuya prioridad usualmente es la viabilidad de su producto o servicio. Las dinámicas políticas, sociales y económicas globales son influenciadas por la tecnología, la ciencia y la innovación, generando mayor dinamismo en cuanto a la creación desarrollo y escalabilidad de startups.
¿Cómo el gobierno corporativo puede ser una estrategia de sostenibilidad?
Partiendo de la premisa según la cual un buen gobierno corporativo incide en la maximización del valor y fomenta una gestión eficiente de las compañías y sus recursos generando respuestas innovadoras y sostenibles, las startups, en su visión y planeación de largo plazo, deberían incluir en su agenda la adopción de ciertas prácticas de gobierno corporativo desde su concepción, cuya implementación sea gradual en función de su crecimiento y tamaño.
No es usual que las startups, en sus primeras etapas, tengan como prioridad adoptar un gobierno corporativo. Sin perjuicio de lo anterior, es importante responder de manera acertada a las nuevas prácticas y formas de hacer negocios y crear empresa que se han venido implementando en los últimos años a nivel mundial, así como, por ejemplo, atender los retos derivados de las consecuencias de una pandemia mundial ocasionada por la covid-19 que ha llevado a muchos sectores a replantearse su manera de operar y crecer. Estas circunstancias hacen que, a mayor crecimiento, la administración se vuelva más compleja y resulte necesario adaptarse al cambio manteniendo un ambiente ético, tomando decisiones de manera eficiente y sostenible de largo plazo.
En este entorno, desde su concepción, sus fundadores deberían establecer lineamientos claros y vinculantes respecto de la toma de decisiones relevantes, así como de los derechos (i.e. mayorías de voto, derechos de veto, distribución o reinversión de utilidades, etc.), obligaciones (i.e. reportes de la gerencia, revelación de información, etc.) y relaciones entre socios, incluyendo inversionistas que a futuro tengan tal calidad.
Sería estratégico regular el rol de los órganos de administración según la compañía vaya creciendo, la gestión de conflictos de interés, resolución de conflictos, e incluso prever planes de transición del equipo gerencial según las necesidades y complejidad de la compañía en sus diferentes etapas.
Complementando lo anterior, prever órganos de administración empoderados e idóneos puede generar imparcialidad y transparencia a la toma de decisiones y favorecer un seguimiento al cumplimiento de los acuerdos previos.
En 2020, la Cámara de Comercio de Bogotá, la Superintendencia de Sociedades y Confecámaras, lanzaron la “Guía de Buenas Prácticas de Gobierno Corporativo para Empresas Competitivas, Productivas y Perdurables” como una actualización de las recomendaciones contenidas en la “Guía Colombiana de Gobierno Corporativo para Sociedades Cerradas y de Familia” publicada en 2009. Destacamos que la nueva versión contiene un capítulo en el cual se abordan recomendaciones de gobierno corporativo aplicables a startups, como complemento a los capítulos generales en materia de gobierno corporativo.
Este constituye un primer paso en Colombia para familiarizar a los emprendedores con el gobierno corporativo y su relación con la competitividad, productividad y perdurabilidad y esperamos fomente un cambio de conciencia en la forma de dirigir y administrar startups y sociedades de pequeño y mediano tamaño.
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