La semana pasada, en la segunda sesión del “Foro Sector Aéreo 2030 - ¿Hacia dónde debe ir la aviación en Colombia? -Una visión para el sector aeronáutico-”, se presentaron las conclusiones de los temas que se habían considerado claves desde el primer encuentro. Ya a partir de esa primera sesión, en la que pudieron identificarse distintas problemáticas, la Aerocivil inició la expedición de distintas medidas, las cuales incluyen algunas de carácter temporal, con el fin de verificar su impacto. La evidencia clara de los resultados de este foro es que la aviación será una variable preponderante en el crecimiento económico, definitiva en el mejoramiento del nivel social y de calidad de vida de las personas, en el desarrollo del turismo que actualmente es la tercera fuente de ingresos de divisas al país, fundamental en la creación de empleos, incluyendo los altamente cualificados.
¿Cuáles son las proyecciones?
En 2017 el número de pasajeros transportados en Colombia fue de 35.618.481. La expectativa para 2030, es la de movilizar 100.129.350 de pasajeros. Por lo que respecta a la carga, el total de toneladas transportadas en 2017 fue de 826.049 y el que se espera transportar en 2030 es de 1.546.575.
¿Cuál es la visión que el desafío de movilizar 100 millones de pasajeros y duplicar el transporte de carga exige?
La que se propuso para la Aerocivil como consecuencia del mismo foro: un entorno institucional “claro, competitivo, conectado, seguro y sostenible, soportado en una infraestructura renovada, una industria robustecida y un talento humano de excelencia”.
¿Cómo se logra ese entorno?
Lo primero, y así se propuso en las conclusiones del foro, es que el Estado reconozca el carácter estratégico de la aviación. Esto exige fortalecer las competencias de la Aerocivil de manera que sea una autoridad que se “identifique por su capacidad de actuación y respuesta”, con amplias facultades, que genere confianza a los usuarios y a la Organización de la Aviación Civil Internacional -Oaci-.
En este punto, el nuevo gobierno tiene un mandato ineludible: el de que la persona que se encuentre al mando de la Aerocivil, tenga una estructuración académica y una experiencia profesional que garanticen su idoneidad y aptitud para enfrentar los retos descritos, las cuales son cualidades necesarias para la seguridad de la aviación; y que su honradez y rectitud sean incuestionables al punto de que nunca, como debe ser en el caso de los funcionarios públicos, se genere duda alguna sobre las motivaciones de su proceder.
¿Cómo se puede lograr que al triplicarse las operaciones aéreas ese crecimiento sea seguro y no ponga en riesgo la integridad de los usuarios?
Bajo una condición sine qua non que es la de tener personal idóneo en la Aerocivil, es decir excluyendo la intromisión de los políticos y el pago de favores políticos.
Muchos, miles de contratos tendrán que celebrarse para crecer y mejorar la infraestructura de aviación: que no se adjudiquen como pago a favores. También muchos funcionarios deberán ser nombrados en la entidad para soportar el crecimiento del sector: que se designen por su talento y sus competencias, no por su cercanía y amistad con los que detentan algún poder.
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