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Judicial

Carlos Antonio Lozada rinde versión en la JEP sobre caso de Álvaro Gómez Hurtado

En la audiencia, Lozada contó detalles de cómo se ejecutó el crimen contra el líder conservador y otros homicidios perpetrados por las Farc

10 de diciembre de 2020

Allison Gutiérrez Núñez

agutierrez@larepublica.com.co

Canal de noticias de Asuntos Legales

Hoy, ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se encuentra el excomandante de las Farc y hoy senador Carlos Antonio Lozada rindiendo su primera versión voluntaria sobre el magnicidio del exlíder conservador y los otros cinco homicidios que se atribuyó Farc el pasado tres de octubre.

Allí, Lozada reconoció que los crímenes cometidos por las Farc no fueron parte de un plan como tal estructurado, sino que más bien eran provocados por alguna circunstancia coyuntural como tener acceso a información de la víctima y conocer datos que facilitaran el crimen.

En el caso de Gómez, Lozada explicó que el líder conservador, desde la creación de las Farc, era visto por esa organización como una de las personas responsables de haber desatado el conflicto con el Estado, debido, a la injerencia política de Gómez Hurtado para bombardear Marquetalia, lugar que dio origen oficial al conflicto armado entre el Estado y las Farc-ep.

En la audiencia, Lozada contó detalles de cómo se ejecutó el crimen contra el líder conservador.

Allí dijo que el tener acceso a los horarios en los que el líder conservador daba clases en la Universidad Sergio Arboleda, fue determinante. Pues con base a eso, la red, Antonio Nariño, que operaba en la zona urbana, solicitó en ese momento autorización para cometer el crimen al Bloque Oriental, que comandaba en ese momento Jorge Briceño, alias 'Mono Jojoy'.

Incluso, contó Lozada, el crimen se cometió en poco tiempo, menos de un mes después de dada la orden, porque estaban cerca las vacaciones universitarias y tenían que ejecutar el crimen antes de que llegaran.

Lozada también contó que la acción fue realizada por cuatro hombres que hacían parte del comando de la red urbana Antonio Nariño, tres de ellos ya muertos: alias 'Danilo', quien murió en un enfrentamiento con la Fuerza Pública entre Fusagasugá y Arbeláez; Chayanne, quien murió como resultado de la masacre de Mondoñedo, que también es objeto de un proceso ante la JEP; Freddy, también muerto en esa masacre; y Sebastián, quien desertó un tiempo después de las Farc, y Lozada dijo no conocer su situación actual.

Lozada también habló de los crímenes del general (r) Fernando Landazábal y los ex comandantes guerrilleros José Fedor Rey y Hernando Pizarro.

En el caso del general (r) Landazábal, señaló que era considerado como un objetivo militar para la guerrilla, no solo por su condición de general sino como uno de los "ideólogos de la guerra contrainsurgente".

En el caso de Landazábal lo que precipitó su asesinato fue que los guerrilleros accedieron a una tarjeta de presentación en la que estaba la dirección de su oficina.

Eso les permitió descubrir que quedaba a pocas cuadras de su casa y que parte de su rutina era que hacía un recorrido con cierta periodicidad de su casa hacia su oficina. En ese momento, toman la decisión de asesinarlo.

Según explicó Lozada, en la operación participaron tres miembros de la red urbana Antonio Nariño, comandados por alias Javier Paz, quien falleció en 2004, víctima de cáncer. También tomaron parte 'Danilo', que lideró el crimen de Álvaro Gómez, y 'Armando', que murió en 1999, en un enfrentamiento con la Policía.

En el caso de Hernando Pizarro, quien fue comandante del frente Ricardo Franco, junto con José Fedor Rey, Lozada explicó que eran considerados como un objetivo por parte de las Farc por haber cometido la masacre de Tacueyó.

En el caso de Pizarro, el crimen fue cometido por un comando de la red urbana Antonio Nariño, dirigido por Vladimir Zambrano, Rubén, que murió después en los hechos de Mondoñedo.

Los guerrilleros se hicieron pasar por agentes de la Fiscalía y se llevaron a Pizarro con una falsa orden de allanamiento. En el camino Pizarro se dio cuenta de que lo iban a matar y empezó a gritar por la calle pidiendo ayuda, pero no logró evitar el asesinato.

Sobre los crímenes de Pablo Emilio Guarín y Jesús Bejarano, Lozada manifestó que no tenía mayor información porque fueron cometidos por otra célula guerrillera que no estaba bajo su mando.

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