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Laboral

Conozca las implicaciones legales del burnout, catalogada como una enfermedad laboral

Debe ser diagnosticado por un médico profesional para obtener incapacidad por el estrés laboral y agotamiento físico y mental

23 de noviembre de 2022

Santiago Diaz Gamboa

sdiaz@larepublica.com.co

Canal de noticias de Asuntos Legales

En los últimos dos años y por cuenta de la pandemia, el estrés laboral ha tomado fuerza en los trabajadores, generando así el síndrome de burnout, una patología que ahora es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como enfermedad laboral y que, en Colombia, tendrá el mismo efecto sobre el Sistema de Seguridad Social que cualquier otra.

LOS CONTRASTES

  • Diana ZuletaSocia de DLA Piper Martínez Beltrán

    “Si el empleado es diagnosticado con estrés, primero se debe verificar que este sea producto del trabajo y en ese caso puede obtener una incapacidad laboral”.

  • Vicente Umaña Socio de Posse Herrera Ruiz

    “El estrés laboral es una enfermedad más que debe ser válida si esta es reconocida por un médico. En ese caso la entidad tiene la obligación de reembolsar la incapacidad”.

Esta enfermedad, conocida también como el ‘síndrome del trabajador quemado’, hace referencia a la cronificación del estrés laboral que se manifiesta mediante un estado de agotamiento físico y mental. De hecho, la OMS ha mencionado que esta enfermedad cuenta con tres dimensiones: la primera son los sentimientos de falta de energía o agotamiento que pueda experimentar una persona debido a su carga laboral; en segunda medida está el constante cansancio que pueda experimentar el trabajador, incluso al inicio del día; y tercero, el aumento de un distanciamiento mental y sentimientos negativos respecto al trabajo.

Al ser aceptada como una enfermedad laboral, las empresas tendrán varias obligaciones al momento de recibir una incapacidad por Burnout, al igual que las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) quienes deberán pagar la incapacidad sobre el 100% del Índice de Base de Cotización (IBC).

De acuerdo con Diana Zuleta, socia laboral de DLA Piper Martínez Beltrán, para que esta enfermedad tenga una relación directa con el ámbito de trabajo, debe estar acreditada la relación de causalidad con la enfermedad que padece el trabajador por la labor que este ejecuta.

“El Burnout está encuadrado dentro de lo que es estrés laboral, lo cual es una enfermedad propiamente laboral. En ese sentido, si el empleado es diagnosticado con estrés, primero se debe verificar que este sea causado por el trabajo y, en ese caso, por un lado, el trabajador tendrá derecho a las prestaciones que reconozca el sistema de riesgos laborales y, por otra parte, el empleador deberá atender las recomendaciones médicas que correspondan para lograr la recuperación y el bienestar en la salud del trabajador”, agregó.

Para que esta patología pueda ser tratada por las ARL y las incapacidades por parte de las EPS pueden ser entregadas, como menciona la abogada, es necesario que el trabajador demuestre que la enfermedad es producto de la carga laboral pues, de esta forma, el sistema de Seguridad Social podrá validar la enfermedad ante el empleador.

Siguiendo la misma línea, Vicente Umaña, socio de laboral de Posse Herrera Ruiz, señaló que el reconocimiento del Bunrout como una enfermedad por parte de la OMS hace que se sume a la extensa lista de enfermedades que debe tratar el sistema de Seguridad Social.

“Esta entra como cualquier otra enfermedad y va a tener implicaciones en las relaciones laborales. Van a iniciar las incapacidades que, además, van a tener que ser reconocidas tanto por el sistema como por los empleadores. Al final, termina siendo una carga importante para las entidades prestadoras de servicios de salud y para las EPS para atender estas patologías que van a comenzar a ser presentadas por los trabajadores como cualquier otra enfermedad”, precisó el abogado, quien, a su vez, recalcó que el panorama frente a las incapacidades por este asunto puede cambiar de forma acelerada.

Respecto a las responsabilidades de las ARL, Umaña agregó que además de responder por eventuales incapacidades, tendrán como tarea fundamental ejecutar planes de prevención y promoción de “una vida saludable que no lleve al Burnout laboral”.

“El reconocimiento oficial como patología anticipa que el panorama laboral en este aspecto puede cambiar y tanto los empleadores como las entidades responsables de los planes y programas de prevención en salud deben comenzar a afrontar”, apuntó.

Y aunque esta enfermedad obtuvo un reconocimiento reciente como enfermedad, no es una sorpresa dentro del sector legal pues, tras los efectos de la pandemia, las enfermedades mentales como el estrés o el agotamiento registraron un incremento, por lo que los empleadores han venido atendiendo casos de esta índole con mayor frecuencia, según explicó Zuleta.

“Hoy en día las preocupaciones de los empleadores no solo radican en las enfermedades físicas de los empleadores como el túnel carpiano, por ejemplo, sino que el tema del bienestar mental se ha vuelto más explícito y recurrente”, dijo.

Por otra parte, los empleadores están obligados a recibir las incapacidades laborales que tengan su origen en esta u otras enfermedades mentales pues, según Umaña, estas deberán ser expedidas bajo un debido proceso por un médico particular o transcritas, si se requiere, mediante las EPS.

En caso de que el empleador ignore una incapacidad por Burnout, el trabajador puede acudir al Ministerio de Trabajo para interponer una queja, adjuntando todas las pruebas que demuestren un diagnóstico médico que sustente la enfermedad.

“Es una enfermedad más que tiene ser válida si esta es reconocida por un médico, y la entidad tiene la obligación de reembolsar esa correspondiente incapacidad”.

Ante ausencias injustificadas, los empleadores podrán no pagar el día de trabajo.

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