Fifa perseguida por las autoridades norteamericanas con Blatter como cabeza visible de toda una trama delincuencial ha sido diezmada, con peor suerte ha corrido el fútbol suramericano que a la fecha de escribir estas líneas no tiene fuera de investigaciones o prisión a ninguno de los dirigentes que hace apenas un año manejaban la suerte de nuestro amado fútbol. Finalmente, Colombia también está sufriendo las consecuencias del Fifagate con la renuncia del señor Luis Bedoya. En 2015 ni siquiera hubo una competencia interesante que permitiera acallar al menos por algunos días todo este terrible entuerto.
Pasemos la hoja y olvidemos este espantoso año para pensar sobre lo que se debería hacer para mejorar el fútbol, en especial el colombiano. Antes que nada, se hace necesario un proceso de introspección en la federación, sus dirigentes, creo yo, se deben preguntar ¿qué pasó?, ¿qué se hizo mal? para evitar caer nuevamente en estos errores.
Desde todos los ángulos deben entender que el fútbol es un negocio que maneja cantidades enormes de dinero pero que este es ajeno y que se debe hacer la mejor inversión para mejorar el deporte, no para enriquecer a sus administradores.
Los contratos deben ser adjudicados a los mejores proponentes no a los más amigos o a quienes ofrecen dádivas. Esto se resume en TRANSPARENCIA.
Pasando a temas legales, es fundamental crear un cuerpo que vele por esta transparencia, una comisión de ética que sea REALMENTE independiente, que redacte unas normas de conducta de obligatorio cumplimiento para todos los integrantes de la federación. La crisis actual es deontológica y debe ser manejada creando criterios de conducta que permita asegurar que las actuaciones de sus administradores efectivamente se hacen POR EL BIEN DEL JUEGO.
Como segunda medida se deberían actualizar y sobre todo aplicar los reglamentos que Fifa ha redactado y ordenado cumplir a nivel mundial. Ésta en su afán por defender a los jugadores, por una parte hace cada vez más oneroso para un club incumplir con sus obligaciones laborales y por la otra intenta acabar el negocio de los derechos económicos de éstos. En efecto el Reglamento sobre el Estatuto y la Transferencia de Jugadores redactó artículos adicionales en los que se refleja esta inquietud. En Colombia varios clubes, afortunadamente cada vez menos siguen incumpliendo la legislación laboral y defraudando a sus jugadores; esto, no debería ocurrir y se crearon mecanismos precisamente para defender a los jugadores.
Personalmente creo que se debe crear un mecanismo alternativo de resolución de disputas como igualmente lo sugiere Fifa, independiente y que respete la legislación laboral. Existen mecanismos jurídicos para esto que debe ser adecuados a la realidad colombiana, para esto debe haber un acercamiento con la asociación de futbolistas profesionales, quien, también de acuerdo con Fifa debe participar en esta tarea.
Finalmente y en concordancia con los propósitos gubernamentales por la paz se debería intentar erradicar la violencia de los estadios, este tema lo he planteado varias veces y estoy convenido que, al igual que en Inglaterra, crear un producto de alta calidad centrado en el bienestar de los espectadores se reflejará en un mejor negocio para el fútbol y todos sus participantes.
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