Antes de iniciar la columna de esta semana que tratará del conflicto colectivo del béisbol profesional de los Estados Unidos, vale la pena felicitar al equipo Caimanes de Barranquilla que ganó la serie del caribe, es bueno entender que Colombia tiene más que fútbol.
Ahora si en materia, desde el pasado 1 de diciembre, el béisbol profesional de los Estados Unidos está paralizado debido al cierre patronal que decretaron los dueños de los equipos. Desde ese momento cualquier actividad de este deporte está suspendida. Apenas unos comunicados de prensa y reuniones que intentan terminar el conflicto antes de dar comienzo a la pretemporada, que es algo más de mes y medio donde los equipos juegan en varios estadios de los estados de Florida y Arizona.
Este deporte, al igual que el fútbol americano, el básquet y el hockey están manejados directamente por un comisionado que representa a los equipos y se entiende únicamente con el representante de los jugadores. Cualquier aspecto de estos deportes, contratos, juegos, dopaje está detalladamente desarrollado en una convención colectiva de trabajo.
El sindicato de jugadores representa a la totalidad de los beisbolistas profesionales que por el solo hecho de firmar contrato de trabajo hacen parte de esta organización. Como todos estos fenómenos, el inicio del sindicato fue tímido. Durante su inicio, a finales del siglo XIX hasta los años 60 del siglo pasado, el beisbol se manejó únicamente con lo ordenado por los dueños de los clubes. El primer convenio colectivo se firmó en 1968 con muy pocos logros, que viéndolos en perspectiva fueron enormes, luego de una dictadura de los patronos de mas de 80 años. En gran parte se debe al señor Marvin Miller que logró aglutinar a los jugadores y negociar con los clubes. Solo un número nos puede mostrar la importancia de esta negociación. El salario mínimo promedio de la primera convención colectiva de 1968 fue de diez mil dólares, el año pasado este fue de casi cuatro millones de dólares (3.95 millones).
La historia ha estado plagada de huelgas y cierres patronales pues las negociaciones no han sido pacificas. 5 huelgas y tres cierres patronales durante estos 55 años se han producido. Es bueno indicar que al inicio de esta historia, los equipos tenían control total sobre los jugadores y sus contratos. La cláusula de reserva impedía la posibilidad de cambiar de equipo sin el permiso del club que lógicamente se obtenía mediante el pago de alguna suma de dinero. Un jugador valiente que demanda la situación, Kurt Flood, y el apoyo del sindicato cambió esta situación.
Hoy en día, la convención colectiva maneja infinidad de situaciones del beisbol, muchas impensables en otros deportes diferentes a los 4 mencionados; por poner un ejemplo el 60% de los ingresos por boletería de los 4 primeros juegos de la serie mundial debe ser repartido entre los jugadores de los dos equipos finalistas, en proporción 36%-24%.
El cierre se hizo en diciembre con la esperanza de no tocar la temporada regular y los juegos de entrenamiento, pero hoy en día parece al menos que estos últimos no empezarán en la fecha indicada. Como en la mayoría de las convenciones colectivas los desacuerdos son económicos y en este caso la distancia entre clubes y sindicato es grande. A mediados del mes pasado los clubes pidieron un mediador federal para intentar avanzar en las negociaciones que fue rechazado por el sindicato. Hasta el momento hay muy pocos avances. Ojalá se resuelva este problema y podamos ver jugadores colombianos, cada vez más presentes en la MLB.
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