En los 80 y 90 una mujer que le gustara y supiera de fútbol era exótico, recuerdo con cariño alguna compañera nuestra que disfrutaba en la universidad nuestras peleas del lunes sobre fútbol, pero repito, era absolutamente extraño. Las mujeres no veían fútbol y apenas se acercaban a las pantallas en el mundial, no “consumían” fútbol, jugarlo era prácticamente prohibido, “el fútbol no es para mujeres” fue la frase de muchas mamás, colegios y equipos frente a la idea de una niña de guayos puestos pegándole a un balón.
La participación activa ha sido lenta, en un principio pocos colegios se planteaban un equipo femenino de fútbol, afortunadamente hoy, a la salida de cualquier colegio se ven niñas con guayos, pantalonetas manchadas de verde y las canillas con moretones, hay campeonatos locales, intercolegiados y universitarios.
Las mujeres aprendieron a ver fútbol y hoy en día hay verdaderas expertas y fanáticas que manejan mucho mejor y más apasionadamente ese lindo juego que muchísimos caballeros; ya no está mal visto.
La irrupción de las ligas europeas en la televisión con un juego espectacular ayudó a acercar este nuevo público, conozco muchísimas mujeres hinchas de Barcelona o Juventus y ningún equipo colombiano, no se privan del placer de ir a un estadio cercano a gritarle a su equipo y les gusta el buen- fútbol. Por eso desde una visión de negocio, no tiene sentido renunciar a este mercado en potencia.
Desde la Fifa han trabajado activamente en la inclusión. Luego de los escándalos ya conocidos, se insiste en la necesaria representación femenina en la administración mundial del fútbol, este camino es mucho más lento; la dirigencia deportiva es en un porcentaje altísimo masculina, situación similar al resto de la actividad económica. Espero que el fútbol cambie más rápidamente que el resto.
La Fifa no sugiere o invita a los clubes a tener un equipo profesional de fútbol, pero como parte de los requisitos para el licenciamiento deportivo se le exige a los equipos contar con una plantilla profesional femenina.
El reto para las mujeres es vender el producto deportivo, conservar este espacio que les permita hacer realidad el derecho a la igualdad, por ejemplo en salarios, remuneración, en la libertad de ejercer esta bonita profesión de ser jugadora profesional de fútbol.
Pocos son los deportes que comercialmente hablando tienen igualdad de condiciones y la diferencia es patente. En el tenis profesional femenino, se pagan premios dependiendo del género, muchos hombres y por su puesto todas las mujeres han protestado por esto, desafortunadamente, el tenis masculino vende más y prende más televisores. Convencer, divertir, construir hinchada lejos de los estereotipos estéticos mal entendidos es la propuesta de las mujeres que hoy tienen este espacio ganado a pulso.
Finalmente, frente a las agresiones de género por parte de futbolistas, se debe manejar una política de cero tolerancia, los clubes no pueden permitir hechos como la golpiza de un futbolista profesional a su esposa.
¿Quiere publicar su edicto en línea?
Contáctenos vía WhatsApp