La remuneración de los futbolistas

El fútbol latinoamericano enfrenta permanentemente problemas financieros debido al aumento en los salarios de sus jugadores frente a los ingresos, los jugadores, por ser parte del activo del club manejan una posición privilegiada en cuanto a manejo laboral y remuneración, año a año los aumentos de salario son, de lejos, superiores a cualquier aumento del mejor ejecutivo de cualquier empresa; como ya se indicó difícilmente se les despide y la pérdida de un jugador se puede ver reflejada en la estabilidad financiera del club.

Lo anterior no es culpa de los jugadores, más bien es fruto de una política errática de los clubes en cuanto a manejo de presupuesto, gestión del recurso humano y creación de salarios flexibles o formas originales de remunerar a sus jugadores.

¿Qué sentido tiene, para un equipo eliminado, cancelar salarios muy altos a un trabajador que apenas desempeña su labor dos horas al día sin ningún incentivo ni para el propio jugador ni para el equipo ni a sus seguidores? En el fútbol colombiano pocos, por no decir ninguno de los jugadores, es mediáticamente importante por lo que salvo el ingreso por taquilla los clubes reciben suma adicional de dinero.

Ha sido difícil modificar esquemas de remuneración en los equipos profesionales de fútbol; en el resto de las actividades la regla general es remuneración variable basada en objetivos alcanzados; en el deporte americano se habla de contratos con una suma garantizada, generalmente inferior a la mitad de la remuneración total y el resto a conseguir mediante logros deportivos, esquema favorable para ambas partes pues incentiva al jugador y controla gastos en momentos de malos resultados deportivos.

El código sustantivo del trabajo, en Colombia, y las demás legislaciones del trabajo en el mundo ofrecen herramientas que le permiten al club empleador realizar una verdadera gestión del recurso humano. 

Es difícil medir el rendimiento de un jugador de fútbol de manera individual, para, basados en dicho rendimiento calcular la remuneración; sin embargo, si se pueden pactar bonos por alcanzar objetivos que mejoren de manera dramática el salario base. Si, por ejemplo se logra clasificar a la fase final, se podría pactar duplicar el salario. Esto incentivaría a los jugadores y en el evento de no lograr la ansiada clasificación el club controlaría sus gastos.

No se trata de inventar bonos o pagos no salariales para eludir parafiscales o retenciones, por el contrario, se trata de remunerar de manera directa las actividades, habilidades y resultados de los trabajadores que si obtienen logros deportivos, económicamente se verán reflejados en sus ingresos. Tampoco se trata de negociar “los premios”, práctica usual en Colombia que se hace de manera apresurada dentro de la competencia sin mayor rigor.

En España hay estudios salariales importantes que indican que la remuneración de cualquier fútbolista profesional deberá ser un salario fijo relativamente bajo y una remuneración variable atada a objetivos que mejora el pago inicial en más del cien por ciento. El resultado es ideal para ambas partes, si el jugador y su equipo rinden adecuadamente, los ingresos por taquilla serán altos, el club participa en torneos internacionales que implican nuevos ingresos y los jugadores reciben altas sumas de dinero; por el contrario si el desempeño deportivo es flojo, el club recibe poco por taquillas pero paga sumas manejables a sus jugadores. 

Los clubes deben tener también una gestión en la duración del contrato de trabajo; no todos los jugadores deben firmar contratos a tres años, más aún, el código ofrece posibilidades de terminación anticipada o prórrogas bilaterales que permiten acortar o alargar el término de duración del contrato inicialmente pactado.

Lo anterior implica un manejo profesional y específico de la contratación de jugadores con abogados y expertos en salarios que logren las mejores condiciones para jugadores y clubes.