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OPINIÓN

Marihuana

09 de noviembre de 2020

Andrés Charria

Fundador de Tres Puntos Consultores
Canal de noticias de Asuntos Legales

En estos momentos en que en varios países se debate la legalización de la marihuana y en que en varios estados americanos es una industria floreciente, a la Agencia Mundial Antidopaje le correspondió igualmente tomar partido al respecto.

No voy a entrar a hacer una valoración sobre el consumo de sustancias psicoactivas pues no tengo los conocimientos que muchos expertos tienen sobre la materia. Lo que si tengo claro, pues he manejado varios casos es que hay sustancias que son consumidas por deportistas con motivos distintos a los de mejorar su rendimiento, acortar el período de recuperación de una lesión o para enmascarar el consumo de sustancias prohibidas.

Hablo de cocaína, marihuana, heroína y éxtasis, utilizadas de manera amplia en muchas situaciones y por infinidad de personas en un ámbito social y que hasta ahora son perseguidas por la Agencia Mundial Antidopaje. Muchos han sido los deportistas sancionados o en problemas por la presencia de sustancias como las mencionadas; Wilder Medina, Paolo Guerrero, Richard Gasquet y Martina Hingis entre muchos otros se han enfrentado a largos y desgastantes procesos de dopaje por estas sustancias.

Pues bien, la Agencia Mundial Antidopaje, entidad lenta en implementar cambios lógicos publicó la semana pasada la lista de sustancias prohibidas para 2021, en un nuevo formato y con varios cambios interesantes. Dentro de estos aparece una nueva categoría de sustancias que las nombra como sustancias de abuso e indica que se trata de sustancias que “en la sociedad se abusa de ellas con frecuencia en contextos distintos de los deportivos”.

El consumo de estas sustancias está mas relacionado con actividades sociales que deportivas y no hay estudios que indiquen que mejoren el rendimiento. En desarrollo de esto, las nuevas sanciones por la presencia de una de estas sustancias son mínimas. Como siempre las pruebas son subjetivas, dice la norma que la sanción será de tres meses si el “deportista puede demostrar que cualquier ingesta o uso ocurrió fuera de competición y no guardaba relación con el rendimiento deportivo”. Una reducción a simplemente un mes de inhabilitación se podrá obtener si “el deportista u otra persona demuestra que ha seguido de manera satisfactoria un programa contra el uso indebido de sustancias aprobado por la Organización Antidopaje encargada de la Gestión de Resultados”.

Esta tendencia está tocando todos los deportes. En las ligas profesionales americanas, alejadas del sistema del control al dopaje de Wada también se retiró de la lista de sustancias prohibidas la marihuana. Es esto último es interesante, teniendo en cuenta es una sustancia que, según estudios, puede tener efectos nocivos para la salud pulmonar inferiores a los del cigarrillo, y con demostrada eficacia en el tratamiento de los dolores crónicos.

En temas de dopaje no todo puede ser sanción, no se puede afirmar que un deportista que en una fiesta previa a una competencia estresante consumió marihuana es tramposo, o que ingirió esta sustancia para lograr ventaja frente a sus rivales. Se podrá indicar que es poco responsable y omiso y seguramente no tendrá, a la mañana siguiente el mejor rendimiento, pero de ahí a sancionar por un período prolongado de tiempo hay mucha distancia.

En conclusión, el sistema de control al dopaje debe ser revisado en muchos aspectos referentes a los efectos verdaderos que tengan las sustancias que se consumen en el rendimiento deportivo y la salud de los deportistas, pero este parece ser un avance hacia un sistema, tal vez, más sensato.

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