La semana pasada el fútbol colombiano se vio enfrentado a una reclamación aparentemente laboral (que no es pliego de peticiones) de la Asociación de Futbolistas Profesionales donde se hacen pedidos, algunos para los clubs empleadores, algunos para la Dimayor y algunos para la Federación Colombiana de Fútbol.
Como observador del fútbol colombiano con algunas inquietudes jurídicas, acá vienen algunas ideas que me parecen que mejorarían el fútbol o al menos lo adecuarían a la reglamentación internacional.
Me gustaría, desde el punto de vista de un jugador, que el salario mínimo para un futbolista profesional fuera algo superior al legal, explico, un par de guayos valen más de $1 millón y duran poco, con el mínimo no se pueden comprar. La definición de jugador profesional indica que este es una persona que recibe más dinero que el le cuesta jugar al fútbol. Si los jugadores solo reciben el salario mínimo legal, podría considerarse aficionados y los clubes tendrían problemas, pues sus figuras jóvenes, algunas con salario mínimo como remuneración, podrían salir de los clubes como aficionados más fácilmente. Aunque suene absurdo, un salario mínimo para jugador profesional de fútbol de digamos un millón y medio de pesos protege a los clubes.
Pediría, como club, una planeación anual de partidos locales. De antemano hay conocimiento de fechas de partidos internacionales (fechas Fifa) y se tiene alguna idea de cuáles serán los calendarios de Copa Libertadores y Sudamericana. Para un club sería bueno saber claramente las fechas a jugar, en el entendido que se dejen días para que los equipos clasificados hasta el final puedan planear, y así evitar lo que hace rato viene pasando en cuanto a que los clubes que avanzan en copas internacionales deben jugar partidos en días seguidos. Esto beneficia a jugadores y clubes, planeación de vacaciones, días de descanso ajustados a lo indicado en el Código Sustantivo de Trabajo y por su puesto preparación deportiva.
Como jugador, pediría celeridad en los procesos de reclamación por pago de deudas laborales por la vía disciplinaria. Fifa desde hace ya algún tiempo, consciente de que algunos clubes no pagan salarios a tiempo, incorporó en sus reglamentos la posibilidad de reclamar estas acreencias vía jurisdicción deportiva. Como idea es bastante buena pero los procedimientos son lentos y complejos, lo que en principio es una buena idea se volvió un sinsentido que hace que los clubes mala paga continúen siéndolo. Un proceso rápido mejora la imagen de la organización del fútbol.
No es descabellado pedir una revisión y adecuación a la realidad del Código Único Disciplinario. Se trata de un código anacrónico, con falencias enormes, entre otras, con multas enormes para jugadores y mínimas para clubes. Es importante que este código se adecue a la realidad, una multa por más de cuarenta millones de pesos por simular es abiertamente inconstitucional así quien la pague sea el club empleador. Por otra parte, pediría una mejor manera de combatir a los desadaptados que pululan en las tribunas, algo menos de $4 millones al organizador de un partido que permitió que una navaja cayera al campo de juego es francamente inaceptable.
Casi nada de esto es laboral por lo que no tendría lugar en una negociación colectiva de las que trata el CST pero son algunas sugerencias que mejorarían el fútbol para todos, protege a los clubes y mejora algunas condiciones de los jugadores.
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