Hace más de una década se presentó el accidente nuclear de Fukushima lo cual provocó una campaña antinuclear a lo largo del mundo. Pese a ello, Japón junto con otras potencias económicas decidieron regresar a la era nuclear para administrar potenciales crisis energéticas.
¿Colombia deberá hacer lo mismo y de esa manera empezar a producir hidrógeno rosa y energía eléctrica? Opino que sí, puede ser con generación distribuida nuclear.
Las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía apuntan a que la demanda global de la energía se va a multiplicar por tres durante los próximos 28 años.
Para lograr atender este incremento se debe triplicar la capacidad de producción de energía actual, con lo cual Colombia debe fortalecer la masificación de la generación térmica, hídrica, solar, eólica y, en mi opinión, también la nuclear, pero no solo para producir energía sino para sustituir algunos combustibles con hidrógeno rosa, que es el producido con energía.
La energía nuclear constituye una forma de energía liberada desde el núcleo de los átomos. Esta energía puede producirse de dos formas: a través de la fisión, esto es, cuando los núcleos de los átomos se dividen en varias partes para crear núcleos más pequeños, liberando así energía; o, a través de la fusión, esto es, cuando los átomos se fusionan o unen para crear un núcleo más grande.
El plan estratégico de energía del país nipón, que fue aprobado en octubre de 2021, establece que se utilizarán pequeños reactores nucleares para producir hidrógeno libre de emisiones contaminantes y alcanzar la carbono neutralidad a 2050. Pero su objetivo no solo será la generación de energía a través de nanoreactores sino la obtención de hidrógeno para sustituir combustibles contaminantes y canalizar el calor producido por los reactores para aprovecharlo en los sistemas de calefacción.
Desde luego, para lograr que Colombia implemente lo que ya están implementando países como Polonia, Francia, Korea del Sur y China, debemos continuar los estudios de seguridad en el uso de la energía nuclear, implementar los permisos y licencias que se requieren para la generación de esta fuente y que regulatoriamente queden las puertas abiertas para que los interesados puedan participar en el mercado de energía mayorista o a través de figuras como los recursos energéticos distribuidos, específicamente la autogeneración.
En cuanto a las realidades de Colombia frente a las potencias mundiales, es cierto que la energía nuclear tiene un elevado costo, también es cierto que la ubicación de las centrales es algo que encuentra oposición en las comunidades y que toma tiempo la construcción de cualquier central nuclear. A manera de ejemplo, en el caso de Estados Unidos se tomaron más de 20 años.
Sin embargo, y siendo muy conscientes de nuestros retos, conviene ir dando los pasos para que más temprano que tarde aprovechemos los beneficios de la energía nuclear.
Para finalizar, estudiar y observar la forma como otros países administran sus riesgos energéticos es una buena forma evitar o corregir los nuestros. Por ello, arigato.
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