Entre las muchas cosas para destacar del Congreso de la Asociación Colombiana de Derecho de la Competencia (Acdc), que se acaba de realizarse con todo éxito en la ciudad de Cali, se resalta particularmente la creciente participación de las mujeres en varios de los paneles de discusión que se dieron.
A pesar de que parece obvio que así ocurra, la realidad es que muchas veces se necesitan acciones puntales afirmativas para asegurar que el trabajo profesional de las mujeres se haga más visible y pueda influir en la sociedad en igualdad de condiciones.
Además, me parece que la mayor visibilidad del trabajo profesional que vienen haciendo las mujeres en el sector del derecho de la competencia se debe, entre otras cosas, al valioso esfuerzo que día a día realiza el Comité de Mujeres de la Acdc.
Aunque el sector de la libre competencia es un sector relativamente pequeño, dado su nivel de especialidad, se ve una alta cantidad de mujeres profesionales que han optado por desempeñarse en este sector en las áreas del derecho o la economía, ya sea desde una perspectiva académica o desde el lado puramente profesional. Conocemos el trabajo de muchas de las profesionales en este campo y, sin duda, bien podría destacar el desempeño de muchas de ellas, pero prefiero abstenerme de mencionar nombres propios, para evitar el riesgo de omitir alguno.
Lo que sí es posible es mencionar que el comité de mujeres tiene ya más de 20 integrantes y que llevan una activa agenda en pro de la mayor visibilidad y el mejor aprovechamiento del trabajo que las profesionales del área vienen haciendo en la academia, en las firmas de abogados o a través de otras organizaciones de consultoría profesional.
Hay que tener en cuenta que en esta materia nuestro país sigue la tendencia que se viene dando marcadamente en otras latitudes, donde las mujeres alcanzan las más altas posiciones en su ámbito profesional y su trabajo es cada vez más notorio y reconocido.
El mejor ejemplo se da precisamente en la Comisión Europea, no sólo por el reciente nombramiento de su presidenta Ursula von der Leyen, sino además por la nominación del nuevo pleno de la comisión para el periodo que comienza, el cual quedaría integrado por un total de 13 mujeres y 14 hombres. El incremento del número de mujeres tiene un valor significativo en la búsqueda de mayor inclusión y reconocimiento, tarea que viene asumiendo la Unión Europea desde hace muchos años.
El mensaje de paridad en la Comisión Europea tiene alta significancia para nuestro sector, pues, como es sabido, la comisión (a través de la Dirección General de Competencia), en conjunto con las autoridades nacionales de los países miembros, tiene la función de aplicar la normativa de competencia, de conformidad con los Artículos 101 a 109 del Tratado de Funcionamiento de la UE (Tfue).
Al final, estamos conscientes que la agenda en la dura tarea de luchar contra sutil invisibilidad del trabajo de la mujer o contra su expresa discriminación en el ámbito profesional, no se puede limitar a buscar la paridad formal en cuerpos colegiados, pero, no se puede desconocer que ello constituye uno de los eslabones importantes.
Por ello, aunque mucho se ha avanzado desde que se graduó Gabriela Peláez , la primera mujer en obtener un título profesional en el país en los años 30, hay que seguir trabajando para lograr la igualdad efectiva y real entre el hombre y la mujer.
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