Le hablo en nombre de los campesinos que no han podido movilizarse y vender sus productos en los mercados y que no tendrán para la próxima cosecha, de los dueños de las tiendas de barrio, de los comerciantes de a pie de pequeñas y medianas empresas, de los enfermos que no han podido recibir insumos médicos debido al paro, de los emprendedores y de otros muchos, seguramente que representan la gran mayoría de colombianos, quienes están viendo este circo en silencio, preguntándose con razón si la institucionalidad de este país se acabó y si las vías de hecho prevalecen sobre la Constitución.
Señor Presidente, llego el momento de ser líder y tomar decisiones importantes, las cuales seguramente serán impopulares. Garantice la huelga y la protesta, siempre y cuando sea pacífica como lo establece la Constitución. Exíjale a la policía que no abuse de la fuerza en ninguna circunstancia, pero también exija que proteja la vida, propiedad y mantenga la seguridad de los ciudadanos de los vándalos. Desbloquee las vías y garantice que los alimentos, combustible y demás productos básicos puedan llegar a las diferentes regiones. Garantice la movilidad. Sea garante de los derechos constitucionales de todos, no sólo de los manifestantes. Utilice todos los mecanismos que le confiere la Constitución y la ley para lograrlo, así estos sean populares o impopulares, le guste a quien le guste.
Olvídese de las críticas y no se deje extorsionar de la prensa, desde el New York Times hasta los mal llamados formadores de opinión que hablan de que todo es culpa suya, no se deje extorsionar de los políticos tradicionales que con su arrogancia sólo buscan sus intereses propios, no se deje extorsionar de políticos maquiavélicos impulsadores del caos que despachan desde Francia o desde su mansión en Chía donde tienen caletas con dineros en bolsas o de actrices famosas y productores de cine de izquierda pero que, eso sí, se autodenominan “burgueses”, son ricos y viven en Brickell o Aventura en Miami.
Por ahora no vamos a juzgar su mandato, sus aciertos y sus desaciertos, sobre eso le tocará responder en el marco institucional, de control político y seguramente frente al pueblo a través del voto en las próximas elecciones. En lo que si lo juzgaremos es en la forma como se desenvuelva en este difícil momento. Acuérdese que gran parte de la generación del caos está perfectamente planeada. Acuérdese que muchas veces, y desafortunadamente, en el diálogo no tendrá interlocutores razonables, le harán solicitudes que serán imposibles de cumplir. Si la negociación con los vergonzosos representantes del Comité del Paro es sobre los principios y valores democráticos y el Estado de Derecho, párese de la mesa, no lo dude.
Señor Presidente, que su foco sea el cumplimiento de la ley y de la Constitución. Será un tiempo muy difícil, pero le aseguro que la gran mayoría de los colombianos, que hemos continuado trabajando por el país, no dejaremos que a este país lo arrastre al caos y la miseria, peor a la que vivimos. Presidente, adelante, lo rodeamos, no entregue el país a la anarquía, protéjalo. Nos llegó el momento de mirar hacia adelante. Y que aquellos que hayan tolerado, instigado o sean responsables de las vías de hecho y de la violencia, respondan ante la justicia y ante el país por su destrucción. Presidente, adelante con determinación, tratemos de que a nuestros hijos les toque algo mejor de lo que a nosotros nos ha tocado.
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