Los desarrollos de Fintech han cubierto durante los últimos años una inmensidad de actividades y servicios para el sector financiero, el mercado de capitales y la gestión patrimonial. Dentro de esos desarrollos, uno que ha tomado mayor tracción es el de los robo-advisors (o modelos de asesoría de inversión automatizada).
¿Qué son los robo-advisors?
Los robo-advisors son una alternativa de asesoría a clientes en el manejo de sus portafolios de inversión. Lo interesante de esta alternativa radica en que la interacción con seres humanos es mínima y el modelo se fundamenta en la utilización de algoritmos para efectuar las recomendaciones a clientes, de manera automatizada.
¿Qué implica el robo-advisoring en el mercado financiero?
La interacción humana de la que hace muchos años dependían las entidades para asesorar a sus clientes se ve desplazada por la interacción directa del cliente con una plataforma. Con base en la respuesta a un número determinado de preguntas, como la aversión al riesgo y rentabilidad esperada, los algoritmos del robo-advisor reemplazan la asesoría de una persona y recomiendan la inversión del portafolio en ciertos productos.
¿Cuál ha sido la respuesta de los reguladores financieros?
La respuesta varía de país en país. De manera relevante, predomina la idea de los reguladores de permitir la entrada de este tipo de sistemas, siempre y cuando las entidades aseguren el cumplimiento de estándares que se exigen en una asesoría tradicional. Esto puede generar algunas colisiones frente a la forma en la que el deber de asesoría se ha consagrado y ha generado, en algunos casos, conflictos en la forma de interpretar las normas.
A manera de ejemplo de respuestas de reguladores extranjeros en relación con robo-advisors, la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos, requiere el registro de los robo-advisors como asesores de inversión, tal y como se requiere para los asesores tradicionales.
¿Qué se puede esperar en Colombia?
En Colombia, como en cualquier otro país, el uso de tecnología es recurrente para generar una prestación de servicios más eficiente, idónea y eficaz por parte de las entidades financieras. En este sentido, las entidades no son ajenas al uso de algoritmos y modelos que puedan ayudarlos a prestar una asesoría con mejores resultados.
Sin embargo, el robo-advisoring, visto como una asesoría directa por parte de un modelo automatizado y no por parte de una persona natural designada por la entidad para asesorar a sus clientes podría entrar en conflicto con nuestra normativa actual. Como ejemplo, se debería pensar en la obligación para los intermediarios de valores de prestar asesoría a través de personas naturales que expresamente autorice para el efecto y que se encuentren inscritas en el Registro Nacional de Profesionales del Mercado de Valores.
¿Qué pasos se pueden tomar?
Como es la regla en los asuntos de Fintech, los reguladores se han ido adaptando a la tecnología que se encuentra disponible para los consumidores y que los puede beneficiar. Las experiencias de otros países en la forma en la que han abordado el asunto están a la mano y, un diseño que permita la prestación de este tipo de servicios, protegiendo al consumidor financiero es posible.
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