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OPINIÓN

Revivir inversión en activos fijos reales productivos

08 de julio de 2015

Luis Fernando Díaz Del Castillo

Abogado de Parra Rodríguez Sanín
Canal de noticias de Asuntos Legales

Recientemente el gobierno nacional planteó la necesidad de implementar estímulos fiscales para el sector petrolero, con el fin de reactivar la inversión extranjera. Dentro de las propuestas planteadas está la de revivir la deducción por inversión en activos fijos reales productivos.

Los problemas del sector petrolero son evidentes, y buscar incentivar la IED es un fin loable. Así, bajo la anterior perspectiva, los beneficios tributarios como la deducción planteada son, sin duda, de gran ayuda para un sector como el petrolero.

Sin embargo, el simple planteamiento de estos beneficios generan ciertas dudas: ¿Debe Colombia afrontar las coyunturas con reformas tributarias marginales? ¿No sería contradictorio que el Gobierno busque mayores recursos y a la vez implemente beneficios tributarios para sectores específicos? ¿Nos alejaría de la Ocde la implementación de este tipo de estímulos?

No existe una respuesta única ni simple a estas preguntas. En todo caso, hay varios puntos que son importantes analizar para generar un debate constructivo sobre el tema.

La Ocde en su estudio económico sobre Colombia del año 2015, indicó que nuestro país necesita una reforma integral del sistema tributario para aumentar la equidad, el crecimiento y la recaudación.

Así mismo, la Ocde recomendó reducir la tarifa del impuesto de renta para las personas jurídicas y eliminar exenciones y regímenes especiales que generan distorsiones fiscales y económicas.

Las anteriores recomendaciones tienen como fin, entre otros, un aumento de la inversión extranjera en el país.

En este sentido, revivir la deducción por inversión en activos fijos reales productivos parece alejar a Colombia de las recomendaciones de la Ocde y nos vuelve a poner en el terreno de la improvisación y de las medidas coyunturales.

Por ejemplo, en la actual coyuntura de elevado gasto público y deficiente financiación surgen las siguientes dudas: ¿Qué haría el gobierno para reemplazar los recursos dejados de percibir por la aplicación del beneficio? ¿Volvería el gobierno a buscar una reforma tributaria para conseguir los recursos?

Sería preocupante que por buscar un fin loable como el del aumento de la IED en el sector petrolero, el gobierno abra boquetes que tenga que entrar a cerrar con reformas tributarias encaminadas únicamente a aumentar el recaudo. 

Lo anterior no solo afectaría al sector petrolero, sino que también sería grave para la seguridad jurídica que se debe mantener como estímulo básico para la inversión.

Ahora bien, es claro las empresas no soportan más carga fiscal y que hay que buscar incentivar la inversión extranjera en la mayoría de sectores.

Pero no parece ser el momento de revivir antiguos beneficios tributarios para favorecer sectores específicos. Es más, la anterior situación debe ser una oportunidad para impulsar políticas fiscales claras, estables, transparentes y estructurales que den seguridad jurídica a los inversionistas.

En este sentido, el gobierno no debería alejarse de las recomendaciones de la Ocde. Las empresas y la economía no necesitan beneficios tributarios improvisados, sino medidas estructurales que ataquen y resuelvan los problemas de raíz.

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