En colaboración con María Paula Herrera, asociada a DLA Piper Martínez Beltrán
No hay duda de que el sector transporte es de aquellos que mayor consumo energético genera a nivel mundial, lo cual se conjuga con la importancia del sector para cumplir los compromisos orientados a combatir el cambio climático.
En este contexto, Colombia ha explorado distintas alternativas para hacer más sostenible el consumo energético y seguir atendiendo la demanda de transporte, la cual proyecta crecimientos significativos a 2040. En dicha línea, el país está implementado estrategias para fomentar los modos férreo y fluvial con el fin de reducir las emisiones de CO2, especialmente en el transporte de carga. Por otro lado, tanto el Ministerio de Transporte como el Ministerio de Minas y Energía han promovido un marco regulatorio orientado a generar operaciones más eficientes en el sector transporte y fomentar el uso de tecnologías y combustibles limpios. Así, de la mano de las Fuentes No Convencionales de Energía Renovable (FNCER), se ha establecido que el hidrógeno verde es una alternativa ideal para diversificar la matriz energética en el sector transporte.
Esta tendencia, para muchos desconocida, en el mundo cada vez toma más fuerza. El hidrógeno es un gas ligero, almacenable y de alta energía, que se cataloga como “verde” cuando en su producción no se generan gases de efecto invernadero, para lo cual dicho proceso debe darse a través de la electrólisis del agua a partir de energía renovable. Esto da como como resultado moléculas de hidrógeno que funcionan como combustible y vector energético, dicho combustible limpio tiene un alto potencial de uso directo en el sector transporte, estimando que para 2070 el 30% del hidrógeno a nivel mundial se destine a ese sector. De hecho, el transporte fluvial y aéreo disponen de pocas opciones de combustibles bajos en carbono, por lo que encuentran una oportunidad excepcional en los combustibles basados en hidrógeno, los cuales ya están siendo usados en automóviles, autobuses, tranvías y trenes en otras latitudes.
Para la producción de hidrógeno verde se requiere de las FNCER, electrolizadores y tecnología para su almacenamiento, transporte y distribución. Si bien los análisis costo-beneficio de tal tecnología están por definirse, en la medida en que se incrementen los desincentivos al uso de los combustibles fósiles y se reduzcan los costos de generación a partir de las mencionadas fuentes, se espera que la brecha entre la producción de hidrocarburos y la producción del hidrógeno verde se reduzca, meta proyectada para 2050.
En el caso de Colombia, las acciones en el camino de dimensionar los beneficios del hidrógeno verde no se han hecho esperar. Así, el hidrógeno se incluyó como alternativa de alto potencial para el sector transporte en los cuatro pilares del Plan Energético Nacional 2020 -2050 y, consecuentemente, el Gobierno Nacional se encuentra en el proceso de investigación para obtener un mapa de ruta y una herramienta de simulación de impactos relacionada a la incorporación del hidrógeno verde, entre otros, en el sector transporte. Adicionalmente, se encuentra en trámite el Proyecto de Ley 371 de 2020 para que el Ministerio de Minas y Energía establezca un marco regulatorio que incluya incentivos a inversionistas e investigadores, así como la financiación a entes territoriales para proyectos de FNCER e hidrógeno verde.
Para cerrar, vale la pena resaltar que la banca multilateral también está avanzando en la promoción de este mercado en Latinoamérica y el Caribe con un enfoque de movilidad y transporte sostenible, por lo que según el Ministerio de Minas y Energía en el primer trimestre de 2021 Colombia presentará una hoja de ruta estructurada para la producción y uso de hidrógeno verde, complementando los programas de eficiencia energética y de proyectos de generación con FNCER y movilidad eléctrica que Colombia se iniciaría en el mediano plazo.
Frente al panorama expuesto y con los esfuerzos adecuadamente enfocados, Colombia podría convertirse en líder en la generación de hidrógeno verde e incluso exportarlo, evidenciando el alto potencial que tiene dicho combustible para el desarrollo de proyectos más sostenibles en el sector transporte, los cuales contribuirían con la reducción significativa las emisiones que dicho sector genera.
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