Si bien es cierto de manera genérica se les conoce como Tratados de Libre Comercio (TLC), desde el punto de vista técnico algunos son Acuerdos de Complementación Económica (ACE), Acuerdos de Promoción Comercial (APC) o Acuerdos Subregionales. Lo único cierto, es la vocación que tienen todos estos instrumentos de propender por un libre comercio, con base en el cual se puedan obtener beneficios por su participación.
Los 15 instrumentos vigentes son: México; El Salvador Guatemala y Honduras; CAN; Caricom; Mercosur; Chile; Efta Canadá; Estados Unidos; Venezuela; Cuba; Nicaragua; Unión Europea; Alianza Pacífico Corea, de acuerdo a la información de la página del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Como acuerdos suscritos se clasifican tres más: Costa Rica, Israel y Panamá. Finalmente negociaciones en curso, también tenemos otros tres: Turquía, Japón y TiSA (Trade in Services Agreement).
Si tomamos como parámetro el valor total de las exportaciones colombianas, sin incluir el rubro de las minero energéticas las cifras de los últimos cinco años son: 2011 (US$ 22.300 millones); 2012 (US$20.000 millones); 2013 (US$18.900 millones); 2014 (US$18.300 millones; y 2015 (US$16.400 millones), de acuerdo con cifras del Dane. Paradójicamente a mayor cantidad de tratados se ha exportado menos.
Los pronósticos para el 2016, no auguran ser muy diferentes, con tendencia a la baja. Los expertos coinciden en que más que la cantidad de instrumentos, lo importante es el aprovechamiento, lo cual nos lleva al punto de cómo lograr diferenciarse en el mercado internacional, ¿cuál es la razón estructural?
Sin duda no es una sola, son varios los factores que confluyen, pero generalmente se centra en una discusión de no terminar, que corriendo el riesgo de simplificar demasiado toma dos principales formulas: la primera, aboga por que debe proteger a los empresarios y una vez que estos logran ser competitivos el país debe disminuir o terminar el proteccionismo, pues están en capacidad de competir.
La otra fórmula propone, que si no se da esa competencia, jamás los empresarios lograr ser de talla mundial y por lo tanto el proteccionismo debe ser mínimo y su exposición al comercio internacional inmediata.
Cualquiera sea el camino, lo que siempre está en el fondo del asunto, es que si no se innova en los productos y servicios, con o sin proteccionismo difícilmente se aumentarán estos indicadores.
Desde la academia no podemos eludir nuestra responsabilidad: el sistema educativo sigue privilegiando la memoria sobre la creatividad. Los padres siguen preguntando a sus hijos “cuanto sacaron” y no cuanto aprendieron y ello se ve reflejado en los profesionales y empresarios del hoy y del mañana a quienes les es muy difícil crear, innovar, modificar, romper esquemas para crear nuevos productos y servicios.
Ahora son 15 y serán más. Los esquemas legales, reglas de juego y esquemas de solución de controversias están negociadas. Se trata de un esquema necesario y útil, pero es muy importante centrarnos ahora en la manera de aprovecharlos, para lograr desarrollo sostenido con base en la economía del conocimiento y no de productos primarios.
============Txt. COLUMNISTA NOMBRE (26495850)============
Dir Maestría Comercio Internacionalde Sergio Arboleda
============Ayu. DESTACADO (26495847)============
más que la cantidad de instrumentos, lo importante es el aprovechamiento, pero, ¿cómo diferenciarse en el mercado internacional?
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