Entre el 10 y 13 de diciembre próximos se llevará a cabo la Conferencia Ministerial de la OMC. Este es un evento, que a pesar de su alta relevancia a nivel internacional, poco se ha discutido en Colombia.
La Conferencia Ministerial es la instancia más alta de la OMC. Fue establecida por el Artículo IV.1 del Acuerdo de Marrakech (con el cual se crea la OMC) y está compuesta por los ministros de comercio (o su equivalente) de todos los Miembros de la organización, reuniéndose cada dos años. Este ‘cuerpo supremo’ tiene la capacidad de decidir sobre todos los asuntos que tratan los acuerdos de la OMC y es quien fija la agenda de asuntos a tratar en la organización por los siguientes años. En otras palabras, es quien define el camino a seguir por la OMC y los asuntos que requieren de mayores esfuerzos multilaterales bajo el ámbito de la organización. Este año la Conferencia Ministerial se llevará a cabo en Buenos Aires.
Debido a las grandes dificultades que se han presentado en el sistema multilateral de comercio, esta edición de la Conferencia Ministerial será de particular importancia. Si bien no se espera que se analicen los detalles técnicos sobre los diversos asuntos que afronta la organización, pues ese no es el propósito de esta instancia, la reunión sí dará una perspectiva de la posición de los Miembros de la OMC frente a los obstáculos que se han presentado e incluso sobre el futuro mismo de la organización.
En general, entre el año pasado y el presente año han surgido algunos movimientos políticos en diferentes jurisdicciones, que tanto en campaña como en la ejecución de políticas, se han fundamentado en sentimientos nacionalistas profundos; este nacionalismo ha llevado a la adopción de políticas proteccionistas.
Por ejemplo, la salida del Reino Unido de la UE - el Brexit - ha sido una de las consecuencias de la adopción de este tipo de políticas. Esto generará impactos en muchos aspectos, incluida la relación comercial del Reino Unido con la UE y con los otros Miembros de la OMC. Por otro lado, la administración Trump está empujando la renegociación del Nafta e impulsando una reforma tributaria, que en gran medida busca mayores beneficios para las exportaciones estadounidenses - en algunos casos en contravía de la regulación internacional del comercio.
Asimismo, como ya ha sido comentado en otras ocasiones, EE.UU. viene afectando el mecanismo de solución de diferencias de la OMC a través del bloqueo de la elección de los miembros (jueces) del órgano de apelación. Este bloqueo amenaza el funcionamiento adecuado del órgano de apelación, pues durante este mes quedarán legalmente solo cuatro (de siete) jueces con la capacidad de decidir los recursos de apelación. Para diciembre de 2019 ya no habría suficientes jueces para atender un solo recurso.
Como se ve de algunos de estos ejemplos, el sistema multilateral del comercio está pasando por un momento difícil. Las tendencias nacionalistas/proteccionistas a nivel internacional ponen en riesgo los beneficios económicos que se desprenden del multilateralismo y de gozar de una regulación multilateral en áreas como el comercio de bienes, servicios e incluso de aspectos de propiedad intelectual.
La Conferencia Ministerial próxima será una ocasión para tomar la temperatura del efecto de estas tendencias proteccionistas vis-à-vis el régimen multilateral. Esperemos que la señal enviada por los Miembros de la OMC sea de optimismo y de aunar esfuerzos para superar esta problemática actual.
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