En ocasiones anteriores se ha expuesto en esta columna la difícil situación que está viviendo el régimen multilateral del comercio. Particularmente, los ataques directos al funcionamiento de la OMC y los bloqueos a su mecanismo de solución de diferencias, han ocasionado preocupación sobre la eficacia de la Organización, y más aun, sobre el posible renacer del proteccionismo.
En el desarrollo de esta coyuntura se ha discutido ampliamente sobre el rol de la Organización, su propósito como garante del Estado de Derecho en las relaciones comerciales internacionales, y sobre su futuro. No obstante, los Miembros de la OMC no han adoptado acciones específicas para atajar las amenazas y los retos de la Organización.
El 5 de julio de 2018, la Comisión Europea (“CE”) envió un documento de reunión a su Comité de Política Comercial sobre algunas propuestas para la modernización de la OMC. Según la versión consultada, el documento abarca asuntos sobre la creación de reglas, sobre el trabajo permanente de la Organización y transparencia, y sobre el mecanismo de solución de diferencias. Resalto a continuación algunas de estas propuestas específicas. ’
En materia de creación de reglas, la CE plantea la posibilidad de reformar la regulación de subvenciones, con el propósito de atajar los tipos más comunes, y que hoy, salvo que se pruebe un perjuicio grave ocasionado (y el nexo con la subvención), estarían en principio permitidos. Se plantea, por lo tanto, incluir estas subvenciones dentro de la categoría de ‘subvenciones prohibidas’, o crear una presunción legal rebatible del perjuicio grave ocasionado (similar al artículo 6.1 del Acuerdo de Subvenciones que ya expiró). Esto facilitaría a los Miembros la utilización de las reglas OMC para defenderse de estas prácticas desleales del comercio.
Por otro lado, la CE también plantea la necesidad de actualizar la regulación en materia de servicios y de inversión (comprendida como un modo de prestación de servicios), pues muchos miembros aun mantienen restricciones y regulaciones proteccionistas en este sector. Con esto, se buscaría atajar medidas, como por ejemplo, la transferencia forzada de tecnología (limitando la participación extranjera en empresas y obligando a tener socios locales), que ha sido una gran crítica de EE.UU. a China.
Por otro lado, en materia de solución de diferencias, la CE propone algunas ideas para evitar mayores bloqueos en el mecanismo y solucionar los actuales. Por ejemplo, plantea la reforma al funcionamiento del Órgano de Apelación (“OA”), otorgando la posibilidad legal de que este cuerpo judicial tomé más de 90 días para publicar su decisión. Asimismo, para incrementar su productividad, propone aumentar el número de ‘jueces’ del OA de siete a nueve; convertir el trabajo de estos jueces de ser de medio tiempo a un trabajo de tiempo completo; aumentar los recursos del OA; y que el término de estos jueces sea de 6 a 8 años, sin prórroga, en vez de cuatro años prorrogables por otros cuatro.
Estas son algunas, dentro de muchas, de las propuestas de la CE para modernizar el funcionamiento de la OMC. Este es un paso importante para resolver los obstáculos enfrentados hoy, pues directamente uno de los Miembros de la OMC ofrece propuestas concretas. Será determinante que los demás miembros reciban estas propuestas, se discutan con seriedad, y sobre todo, con la voluntad suficiente para salvaguardar el régimen multilateral que nos ha brindado beneficios de desarrollo económico sustanciales.
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