Recordemos, que el galeón San José era un barco de guerra de la armada española que fue hundido el 8 de junio de 1708, cuando las tropas inglesas lo atacaron en cercanías de las islas del Rosario en Cartagena.
Tras esa batalla, conocida como la de Barú, casi 200 toneladas de piezas de oro, plata y esmeraldas quedaron en las profundidades del mar Caribe hasta el hallazgo que Colombia anunció el pasado 27 de noviembre, 307 años después.
El San José se dirigía a Cádiz España, en Portobelo Panamá, recibió la carga para continuar ruta hacia La Habana, sin embargo, al pasar por Cartagena fue atacado por las tropas de Charles Wager, primer lord del almirantazgo británico, que no solo hundió al San José sino que capturó el galeón Santa Cruz e hizo huir a otras embarcaciones españolas.
El galeón San José llevaba 400 pasajeros y 200 tripulantes, de los cuales tan solo sobrevivieron once, que fueron testigos por algún tiempo para escribir la historia que ahora pretendo reconstruir, afirmando que el galeón San José es nuestro.
Este caso es muy parecido al de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, cuyo cargamento fue devuelto a España en 2012 por decisión de la justicia estadounidense tras una larga batalla judicial con la empresa caza tesoros Odyssey. José María Moncasi de Alvear, descendiente del almirante Diego de Alvear, que estuvo al mando de la fragata Las Mercedes hundida en 1804, sostiene que el tesoro del galeón San José hallado en Colombia es sin duda español, porque la bandera del buque de Estado prevalece sobre cualquier otro argumento.
Sin embargo, la Ley 1675 de 2013 con su Decreto reglamentario 1698 de 2014, establece que el Estado colombiano es el propietario del patrimonio cultural sumergido, por lo que sostengo que el galeón es nuestro.
En cualquier caso, el San José fue hallado en mares territoriales colombianos y ha permanecido en el lecho marino del país desde su hundimiento, además está cargado con bienes procedentes del saqueo cultural al que fuimos sometidas las culturas prehispánicas durante la conquista y la colonia.
Atreverse a reclamar el galeón San José, equivaldría a plantear que todo cuanto existe en Colombia y en América le pertenece a la corona española por el vínculo histórico con sus colonias.
El galeón San José es nuestro, así cualquier reclamación carece de fundamento jurídico, pues Colombia no ha suscrito ningún instrumento internacional que así lo permita o lo obligue.
La Unesco plantea que los bienes hallados en los fondos marinos procedentes de ciertas épocas históricas, se protejan como piezas de valor cultural para la humanidad, para que en ningún caso puedan ser vendidos como mercancías de intercambio o que ninguna empresa o persona pueda apropiarse de ellos como utilidad particular.
Pero Colombia no ha suscrito la Convención de la Unesco, ni la Convención sobre Derecho del Mar, instrumentos que sí podrían generar discusiones sobre la propiedad del galeón San José, por lo que no está obligada por estos tratados internacionales.
En conclusión, Colombia cuenta con una legislación sobre patrimonio sumergido, que protege los hallazgos en lechos marinos como riqueza de la Nación, como el galeón San José que es nuestro.
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