España no lo ha hecho mal: el crecimiento ha sido bueno, los sectores deprimidos se han recuperado, las finanzas públicas han mejorado.
Pero, resaltan los analistas, esta es una mejor foto vs 2011, pero no es la foto ideal. Y en la medida en que la economía tiene ciclos, muy probablemente el crecimiento que ha experimentado recientemente, debe empezar a reducirse en próximos años.
Quizá venga en próximos meses una revisión a las cifras de otros como Portugal e Italia, que también estuvieron de “moda” hace unos años. Y otros menos conocidos, como Latvia, que no fueron indiferentes a la crisis anterior. Y así vendrán seguramente otros.
La pregunta de los inversionistas es qué hacer en estos casos. La planeación financiera nos puede dar un parámetro interesante de qué debemos tener en cuenta en estos momentos: el proceso básico nos dice tengamos un fondo de emergencia en casos extremos, lo cual se vuelve altamente relevante para algunas sociedades que tienen características preocupantes, como una alta tasa de desempleo. Justamente para eso es el fondo de emergencia, para cuando existe la necesidad de usarlo. Dice la teoría que se debe tener un fondo de emergencia equivalente a 6 meses, pero en momentos de alto estrés, podría preverse que el fondo debe ser mayor.
Las crisis son momentos en los que queda en evidencia que la planeación financiera personal es un factor muy importante. Lo malo de esto es que muchas veces las personas esperan hasta la crisis para ponerse a pensar, en serio, lo que se debe hacer.
Y si bien las crisis son momentos interesantes para muchos emprendimientos (es el momento de encontrar gente muy buena disponible para que trabaje en una nueva empresa), no son buenas para que lo tome a uno sin las finanzas cuadradas.
Así que a correr a hacer una planeación financiera personal, y que lo malo que pasa en el mundo, no nos tome mal parados.
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