La entidad del Grupo Aval inscribió el signo Crédito Diamante Banco Popular
18 de julio de 2017Bogotá_ La Dirección de Signos Distintivos de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) puso fin, nuevamente, a un pleito marcario que llegó a sus oficinas. En esta oportunidad favoreció al Banco Popular, quien solicitó el registro de la marca Crédito Diamante Banco Popular.
La entidad financiera solicitó la inscripción del signo para identificar con él diferentes servicios pertenecientes a la clase 35 de la Clasificación Internacional de Niza, en la que figuran servicios relacionados con la administración comercial y gestión de negocios comerciales. La Fundación de la Mujer se opuso al registro, pues sostuvo que su marca registrada, Cliente Diamante, podía llegar a confundirse con el signo solicitado por el Banco Popular del Grupo Aval.
Dentro de los argumentos presentados por el opositor del caso figuraba que ambas marcas pertenecían a la misma clase de Niza; adicionalmente, dentro de este grupo solo Fundación de la Mujer utilizaba el término Diamante de manera principal, mientras que otras seis marcas lo tienen de forma asociativa.
De esta manera, la defensa de la fundación sostuvo que el signo solicitado carecía de distintividad y lo acusó de incurrir en una causal de irregistrabilidad, pues los consumidores podrían confundir ambas marcas y, al desenvolverse en el mismo sector, considerar que son la misma o relacionarlas con un mismo origen empresarial.
Para la Dirección de Signos Distintivos estos argumentos no fueron suficientes y decidió otorgar la inscripción del signo. Fundación de la Mujer apeló a la decisión pero para la SIC la decisión era contundente y no la modificó.
Un punto clave en la distinción de los dos signos es la naturaleza de cada uno, pues Cliente Diamante, por su parte, es un signo mixto escrito en una tipografía especial que va acompañado por la figura de un diamante, mientras que Crédito Diamante Banco Popular es nominativo, no está escrito en ningún tipo de letra particular y, contrario a la marca de Fundación de la Mujer, sí hace referencia a su origen empresarial.
Catherine Zea, directora de Zea Consultora, explicó que cada conjunto marcario posee elementos que contribuyen a eliminar el riesgo de confusión o asociación, que puede ser de tipo conceptual, ortográfico, fonético o visual. Como bien lo explicó la Dirección de Signos Distintivos, “los signos confrontados presentan distintas cadenas vocálicas y consonánticas, que hacen que se emita una impresión en conjunto diferente, por lo que, al ser pronunciados por el consumidor, no producen un sonido similar”.
Pero la distinción no solo se limita a la percepción del signo como tal, pues el despacho también argumentó que, al no existir similitud o semejanza entre los signos confrontados, desaparece el supuesto de hecho que se analiza sobre la relación entre los servicios identificados con los signos.
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