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“No puedo descartar ninguna situación, pero estamos listos para cualquier reto", director de la Policía

19 de junio de 2016

Colprensa


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En entrevista con Colprensa, el oficial también responde a los temores que ha traído la aprobación del Código de Policía, así como por la corrupción en la Institución, el cambio de nombre del 'Clan Úsuga' por el de 'Clan del Golfo', la modernización de la entidad y la campaña 'Sí a la Paz'.

Ante todos los temas, su casi inmediata respuesta es recordar el cariño que la gente tiene por la Policía, la presencia de los uniformados extendida por todo el país y los éxitos constantes en los operativos contra el delito.

El presidente Santos advirtió sobre la posibilidad de una guerra urbana si no se firma la paz. A pesar de que luego le restó importancia a su afirmación, ¿qué sabe la Policía al respecto?

Lo que le puedo indicar es que la Fuerza Pública está siempre atenta y presente a atender cualquier eventualidad en materia de seguridad y convivencia ciudadana y tenemos toda la capacidad para afrontar cualquier situación que afecte la seguridad de los colombianos. Desde esa óptica, nosotros vivimos constantemente analizando los hechos que se presentan de orden público para poder contrarrestarlos y anticiparnos.

Cuando se habla de una guerra urbana, es imposible no recordar hechos como el atentado a El Nogal, tomas de las Farc a cascos urbanos, ataques a Asambleas y Concejos. ¿Hay posibilidad de que esto vuelva a suceder?

Mire, hemos avanzado muchísimo en seguridad y convivencia ciudadana. Eso es una constante. Uno no puede subestimar ninguna información al respecto, pero lo único cierto y, quiero hacer énfasis en ello, es que la Fuerza Pública está preparada para asumir cualquier reto en materia de seguridad. Sobre esos escenarios, la Fuerza Pública está preparada con todos los componentes de inteligencia e investigación para actuar. Uno no puede descartar ninguna situación en todos los fenómenos y transformaciones que ha tenido el país.

El Código de Policía fue aprobado en el Congreso, ¿cuál es su respuesta a quienes consideran que se va a permitir el exceso policial?

El Código genera mecanismos y procedimientos que nos permiten llenar unas zonas grises. Incluso, un policía antes tenía una posibilidad más abierta de actuación y con este código se va a reglar más su actividad. Por ejemplo, a los establecimientos públicos, el policía muchas veces no acudía, podía hacerse 'el de la vista gorda', pero ahora no. Si un establecimiento público no tiene los requisitos, el policía podrá verificar que se cumplan condiciones y el Código le da las herramientas a ejecutar de manera detallada. En la calle, por ejemplo, hay unos muchachos tomando y afectando la seguridad y el policía les llamaba la atención, pero siguen en lo mismo. Ahora, el policía tiene que hacer una identificación de la persona, porque eso conlleva una multa.

Usted dice que la Policía podrá ingresar a regular fiestas ruidosas y cortar incluso la fuente de energía, ¿cómo van a funcionar estas medidas?

Uno de los mayores problemas en materia de convivencia es la afectación en los vecindarios y el ruido. Todos los días recibimos llamados, el policía llega, llama la atención, la persona baja un poco el volumen y luego sigue en lo mismo. El código nuevo nos permite inclusive bloquear la fuente de energía del equipo de sonido. Da esa opción, pero después de que se agote una serie de medidas policivas normales, de llamado de atención y demás.

¿Eso exigirá capacitaciones para los uniformados?

Desde luego. Ya estamos en un trabajo de sensibilización al sistema único del empleo y uso de la fuerza, que está poniéndose en marcha. Todavía falta la conciliación, estamos esperando que queden en firme los artículos y tenemos una plataforma para generar al interior de la Institución, y hacia el exterior, capacitaciones para su aplicación a los alcaldes, inspectores y a la comunidad.

¿Cómo interpreta que la actualización del Código haya generado tanta polémica y voces en contra?

Desde luego un código que regula tantas actividades y comportamientos genera diferentes percepciones, pero lo importante es que ha sido muy incluyente. Es normal la discusión en una sociedad donde hay tanta diversidad, pero el trabajo que han hecho los congresistas ha sido muy cuidadoso.

Otra lectura de la preocupación ciudadana por el Código, es que podría deberse al rechazo por los repetidos casos de corrupción en la Policía...

Uno no puede desconocer que en una institución tan grande haya esas 'manzanas podridas', pero aquí hay un gran compromiso de transparencia institucional. Uno no desconoce que personas se aparten de sus valores y principios y lo que hemos hecho, precisamente, es tomar las decisiones para reducir este fenómeno.

La tesis de las 'manzanas podridas' es conocida, pero uno, como ciudadano, no se explica que un coronel, que ha hecho años de carrera para llegar a ese cargo, esté relacionado con las mafias del ‘Bronx’…

Yo entiendo. Muchas veces se ve lo negativo de las instituciones, pero somos 180 mil hombres, siete mil oficiales y mandos ejecutivos. Desde luego uno quisiera que ni uno estuviera en esa situación, pero no es el común. El 98 % de la institución está trabando positivamente todos los días de manera honesta, transparente, con compromiso. Y tenga usted la seguridad de que al interior de la Policía estamos tomando todas las medidas desde el punto de vista de la transparencia.

¿Cómo avanza la investigación en el sector del ‘Bronx’? ¿Hay acciones similares en otras ciudades que tienen realidades parecidas a la de Bogotá?

Una de las líneas de trabajo que tiene la Policía Nacional es desvertebrar estructuras delictivas de crimen organizado dedicadas al tráfico local de estupefacientes. En varias partes del país estamos haciendo ese trabajo, hay operaciones y estructuras que se han debilitado, hay una hoja de ruta en las ciudades y municipios. Es un tema que se está trabajando con un seguimiento muy puntual del Gobierno Nacional para impactar en aquellos mitos de inseguridad que existen en diferentes regiones del país. Muchas de las ciudades tienen lugares emblemáticos de inseguridad y sobre eso hay trabajos focalizados en Cali, Barranquilla, Medellín y en otras. Lo importante es tener un trabajo integral y no solo policial.

¿Qué planes se han previsto para mejorar la seguridad ciudadana en las distintas regiones? Se habla de reducción de homicidios en un 5 %, pero preocupan aumentos como en los feminicidios…

Hemos diseñado un análisis integral de seguridad y convivencia con enfoque regional y local de la seguridad, que nos permite determinar tres conceptos muy claros: el territorio, el delito y los riesgos sociales asociados a ese delito. Así priorizamos, focalizamos y articulamos capacidades y oferta institucional para actuar sobre esos fenómenos; eso nos da un estudio muy claro sobre cuáles son las organizaciones delictivas que afectan esos lugares. No estamos capturando al consumidor, sino a la estructura delictiva. Sobre el homicidio hacemos lo mismo. Cuando se trata de organizaciones delictivas y no por intolerancia, hay un trabajo para identificarlas. Lo estamos haciendo en Medellín, en Cali con las organizaciones de cobro y así en cada región.

¿Ese es un modelo de investigación distinto al Plan de Vigilancia por Cuadrantes?

Es complementario. El cuadrante es un ámbito preventivo y lo estamos fortaleciendo con unos gestores de convivencia que nos van a permitir ampliar la cobertura.

DEL CLAN ÚSUGA AL CLAN DEL GOLFO...

Esta semana se le volvió a cambiar el nombre a ‘Los Urabeños’, que ya no son el ‘Clan Úsuga’ sino el ‘Clan del Golfo’. ¿A qué se debe ese cambio?

Hubo diferentes demandas y denuncias porque se estigmatizaba a las personas con apellido Úsuga, que cuando iban fuera del país los ponían en un lugar aparte en los aeropuertos. Lo que se quiso es evitar tener un nombre que pueda afectar la tranquilidad de otros. Pero el nombre es lo de menos, lo importante es lo que estamos haciendo en contra de esas estructuras y los resultados que se han venido dando.

¿Hoy qué tan poderoso es ese Clan?

El principal problema es que se puedan expandir con su capacidad narcotraficante. Por eso lo que estamos haciendo es afectar todo su sistema criminal desde el organizado de tráfico local de estupefacientes. Estamos atacando desde tres ámbitos: a estructuras de 'tipo A', en el Urabá y con tentáculos en Norte de Santander y los Llanos Orientales; después siguen unas estructuras más regionales, como 'La Constru' en Putumayo, 'La Cordillera' en el Eje Cafetero, 'La Empresa' en Buenaventura o 'Los Pachenca' en la Costa Caribe; y las de 'tipo C', que son las bandas dedicas al hurto de celulares o tráfico local de estupefacientes. Ese seguimiento es un trabajo muy estructurado.

¿Qué tan cerca están del máximo jefe de ese Clan, alias 'Otoniel'?

Tenga la seguridad que como hemos venido trabajando, ese es uno de los objetivos muy claros que tenemos. Y tarde o temprano caerá.

EL 'SÍ A LA PAZ'

Esta semana el ministro de la Defensa anunció que la Fuerza Pública entrará de lleno a la campaña ‘Sí a la Paz’, pero sin participar en política. ¿Cómo se puede hacer eso?

Lo único que tiene claro uno como institución, es que trabajamos todos los días por la paz en nuestro país y ese es el concepto y el mensaje que nosotros tenemos en nuestras actividades. Desde luego, somos los más interesados en la paz. Ese es un gran intangible de todo ser humano, tener paz y por eso trabajamos, luchamos y nos sacrificamos todos los días.

¿El programa de Modernización de la Policía contempla crear nuevas unidades?

Estamos ajustando diferentes procedimientos para ser más efectivos. De hecho, en la Dijín hemos desplazado unos grupos de investigadores para potenciar las Regiones de Policía, pensando la Policía 2030. En ese análisis hay varios elementos: la transparencia, la eficiencia, la legitimidad y la confianza ciudadana, como ejes fundamentales del servicio; la construcción de seguridad desde los territorios, una mejor tecnología para el servicio policial, que es fundamental, y policías más competentes y capacitados para la paz.

¿Cómo va la creación de la Unidad para la Edificación de la Paz (Unipep)?

Esta es una unidad transitoria para atender los diferentes retos y desafíos del posconflicto. En esa unidad hemos visto tres momentos. El antes, todo lo que tiene que ver con memoria histórica; el actual, con momentos de verdad y puntos de concentración, a los que se dará seguridad, y oficiales que ya han trabajado en misiones de paz y los estamos capacitando para que actúen en este tránsito. Y está el después, la policía para el posconflicto y para ella debemos articularnos con otras entidades y actuar en el territorio.

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