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OPINIÓN

Kevin Durant

10 de julio de 2017

Andrés Charria

Fundador de Tres Puntos Consultores
Canal de noticias de Asuntos Legales

El contrato de trabajo es la guía de cualquier deportista profesional, al menos en equipos de conjunto; fútbol, básquet, béisbol entre otros que vinculan a sus jugadores mediante contrato de trabajo. Es por lo tanto dicho documento esencial (prácticamente único) en el desarrollo de la carrera del deportista. La gran mayoría de futbolistas miran únicamente la remuneración a la hora de analizar su futuro deportivo en detrimento de otros elementos y circunstancias de la ejecución de este contrato y sobre todo se dejan a un lado aspectos personales, deportivos, familiares y de entorno.

Me refiero a esto porque la semana pasada, un gran basquetbolista, Kevin Durant, campeón en la liga de Estados Unidos, declarado el mejor jugador de las finales, sacrificó poco menos de US$10 millones al año por seguir su carrera en su actual equipo. No es poco dinero, sin embargo, su salario sigue siendo de más de US$15 millones al año por lo que no parecería afectar en demasía la situación económica del jugador y su familia. La pregunta es ¿por qué renunció a estos US$9 millones o más si había equipos dispuestos a hacerlo el jugador con mejor salario de todo el básquet?

No es difícil, Durant prefirió los campeonatos, la estabilidad, jugar en un equipo ganador en el que está perfectamente acoplado, que conoce su forma de juego y a su técnico, que puede llegar a ser el mejor de la historia frente a unos dólares que seguramente, si maneja con inteligencia lo recibido, no harán mella en su fortuna.

Ocurre esto también con el gran Tom Brady que para, igualmente estar en el mejor equipo, sacrifica parte de su salario en aras a ganar más Super Bowls. Si bien algunos jugadores en nuestro fútbol, pocos, sacrifican dinero por estabilidad, comodidad y fidelidad a un equipo, Ryan Giggs y Francesco Totti lo hicieron pero la gran mayoría, guiados, a mi entender de manera poco profesional aún por los mas exitosos agentes dejan a un lado temas como ciudad, estilo de juego, manejo del club y solo miran el dinero a recibir.

¿Qué sentido tiene ser uno de los jugadores mejor pagados si lo que quiere este es ser titular? ¿O estar en una ciudad desapacible y hasta agresiva?
La vida de un futbolista es corta y si el mayor interés de este es el económico, no importa, el jugador deberá buscar el mejor contrato, y sobre todo el mejor salario durante la mayor cantidad de años, sin importar nada; por el contrario, si la idea es ganar, ser titular, hacer parte de un gran equipo, vivir en una gran ciudad, considero importante hacer un análisis mucho más profundo del contrato, el equipo y las condiciones específicas del entorno.

Ya lo vimos con Falcao, quien creo que ha tomado la decisión más acertada mirando un poco más su bienestar y el de su familia, a volver a empezar, seguramente con mayor salario, pero con expectativas nuevas de compañeros, técnico y club; no sé si gane más o menos dinero en otro lado, lo que tengo claro es que en este momento de su vida son más importantes otras consideraciones que el salario mirado individualmente.

Unas últimas líneas para hablar de la “nueva generación de jugadores de más de US$100 millones”. Lamentablemente, estas sumas absurdas no van a parar a manos de los jugadores sino a los clubes, agentes y otros mientras que sus salarios están muy lejos de esas mareantes cifras. Por el contrario, los deportes americanos manejan estas cifras, o superiores, en salarios, hecho mucho más interesante para el deporte y por supuesto, para los deportistas.

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