Los NFTs (Non-Fungible Tokens), como activos digitales apoyados en la tecnología blockchain, permiten negociar bienes de forma digital, generando ventas millonarias de obras de arte, canciones, videos, objetos coleccionables, entre otros. Desde luego, la empresa Meta, entendiendo la importancia actual del uso de los NFTs, se encuentra analizando la utilidad de capitalizarlos soportándose en sus dos redes sociales más significativas, esto es, Facebook e Instagram; efectivamente, dichas redes sociales podrían agregar funciones y mecanismos para que los usuarios promuevan la compra y venta de bienes haciendo uso de los NFTs, lo que implica, un crecimiento de la economía digital.
Conforme a lo anterior, resulta oportuno analizar el concepto de Metaverso, que se desarrolla en un espacio virtual en línea y que conecta a múltiples usuarios que podrán trabajar, socializar, comprar, vender y jugar, entre otros, en espacios 3D. Valga decir que algunas plataformas contienen elementos similares al Metaverso, por ejemplo, los videojuegos actualmente proporcionan la experiencia de Metaverso más aproximada. Así pues, los NFTs y el Metaverso están estrechamente relacionados y, adicionalmente, son capaces de alterar el paradigma tradicional de las redes sociales, es decir, cambiarán la interacción, socialización y transacción, en la medida en que se materializa la transformación del mundo real a un entorno virtual descentralizado, conocido como el Metaverso.
¿Surge la necesidad de regulación? Para cierto sector de la doctrina es requerido. Por ejemplo, en el año 2021, el Parlamento de Luxemburgo aprobó la Ley Blockchain II, que permite, entre otras actividades, la emisión de valores desmaterializados directamente en dispositivos DLT (tecnología de contabilidad distribuida), que son sistemas digitales que permiten a los usuarios registrar transacciones relacionadas con activos digitales. Ciertamente, este ejemplo puede poner en evidencia la necesidad de crear regulación que esté a la vanguardia de los desarrollos tecnológicos, que incentivan la economía digital y descentralizada.
Del mismo modo, se han evidenciado en países europeos, como Alemania, o países latinoamericanos, como El Salvador, avances regulatorios, verbigracia, de cara a la transaccionalidad de los criptoactivos y la implementación de la tecnología blockchain. Se subraya que en Estados Unidos se encuentra en debate un importante proyecto de ley, relacionado con el antimonopolio tecnológico, que busca reformar significativamente las leyes en torno a las Big Tech, proyecto que puede llegar a tener un impacto considerable en empresas como Amazon, Apple, Google y Meta.
En conclusión, si bien en Colombia se han presentado sandbox regulatorios de criptoactivos y blockchain, ineludiblemente resulta necesaria la actualización regulatoria de cara a la implementación de desarrollos tecnológicos como los NFTs, actualización regulatoria que requiere una tarea ardua de política de Estado. Efectivamente, la implementación de los NTFs para la compra y venta de bienes a través de redes sociales puede tener complicaciones de cara a la normativa colombiana actual, toda vez que no pueden ser entendidos como un valor de cara a la Ley 964 de 2005, esto es, no cumplen con los requisitos exigidos en esta ley para ser considerados como tal; per se los NTFs son un derecho de naturaleza negociable, pero no hacen parte de una emisión, no tienen como objeto o efecto la captación de recursos del público y desde luego, no tienen poder liberatorio en Colombia.
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