Los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza) se basan en una premisa simple: las empresas deben poder generar ganancias económicas de una manera que sea ambiental y socialmente responsable. A primera vista, esto parece ser una cuestión de sentido común. Sin embargo, actualmente los criterios ASG van más allá de la lógica evidente y se han convertido en una demanda predominante en el mercado empresarial.
Dada la creciente conciencia sobre prácticas ambientales, sociales y de gobernanza, las políticas ASG se han convertido en un requisito vital para las empresas que buscan atraer inversionistas y consumidores. Según un estudio reciente de McKinsey, aproximadamente el 85% de inversionistas considera los criterios ASG como un factor importante en sus decisiones de inversión.
Los inversionistas buscan no sólo retornos financieros sólidos, sino también compromisos claros con la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa. De manera similar, los consumidores favorecen cada vez más a las empresas que demuestran un compromiso tangible con los criterios ASG.
Esta creciente importancia de los criterios ASG se ve respaldada por iniciativas regulatorias en importantes centros financieros internacionales como Europa y Estados Unidos.
Recientemente la Comisión Europea adoptó la directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa. Esta directiva obliga a las empresas a presentar informes detallados sobre el cumplimiento de criterios ASG no solo en sus operaciones directas, sino también en toda su cadena de valor. Así mismo, una segunda directiva sobre debida diligencia en materia de ASG está en proceso de aprobación.
En Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC por su sigla en inglés) ya presentó una propuesta para exigir que las empresas que cotizan públicamente presenten reportes de sostenibilidad con el fin de que los inversionistas puedan tomar decisiones informadas.
Este cambio de paradigma en la escena internacional no puede pasar desapercibido para las empresas colombianas. En un mundo cada vez más interconectado, la adopción de estándares ASG se presenta como una estrategia esencial para las empresas colombianas que busquen ser competitivas en mercados y cadenas de suministro internacionales.
La adaptación proactiva a estos estándares no solo es una estrategia para abrir oportunidades, sino también una medida preventiva para mitigar riesgos. Las empresas colombianas que implementen prácticas ambientales sostenibles, políticas sociales responsables y una gobernanza sólida estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos emergentes en un entorno empresarial en constante evolución.
Además, es necesario que las empresas en Colombia se preparen para la eventual obligatoriedad de informar sobre el cumplimiento de criterios ASG en el país. Siguiendo la tendencia global, esto podría convertirse en una realidad más temprano que tarde. De hecho, la Superintendencia de Sociedades publicó a finales de 2023 un proyecto de Circular Básica Jurídica para la implementación de programas de sostenibilidad empresarial.
La anticipación a estas regulaciones no solo construirá confianza entre los stakeholders locales e internacionales, sino que también asegurará que las empresas estén listas para un futuro donde la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa sean requisitos no negociables.
En última instancia, adaptarse proactivamente a estos cambios no solo es una respuesta a las demandas del presente, sino una estrategia para estar un paso adelante en el camino hacia un mundo empresarial más sostenible y ético.
*Asociada de Parra Rodríguez Abogados
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