El Ministerio de Minas y Energía dio a conocer una propuesta en la que se realizan cambios para llevar a cabo la segunda convocatoria de subasta del contrato de largo plazo en Colombia. El objetivo principal de esta subasta será reforzar la generación de energía con fuentes no convencionales de energía renovable, por ello, se espera la participación de proyectos con generación a partir de la biomasa, solares y eólicos.
Dentro de las condiciones que debe considerar el interesado en participar en la subasta encontramos la de estar constituido como empresa de servicios públicos, ESP. Otra condición para participar es que el interesado debe declarar que se acoge al despacho centralizado. En cuanto a la capacidad de generación, se propone que solo pueden participar proyectos de generación de energía con capacidad igual o mayor a 5 MW.
En la etapa de la precalificación se debe aportar la constancia de que el proyecto de generación está inscrito ante la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) y, a la vez, debe contar con un concepto de conexión expedido por la misma Upme. En lo que corresponde a la conexión, vienen cambios y uno de ellos es que el valor de la garantía para garantizar la utilización de la capacidad de transporte hoy es de US$1 por Kw y puede ser de mínimo de US$10 por Kw.
Para esta subasta no podrán participar aquellos agentes generadores que obtuvieron asignaciones de obligaciones de energía en firme del cargo por confiabilidad y aquellos que tienen contratos de lago plazo suscritos en la subasta que se realizó en el año 2019.
Todo lo anterior está muy bien, pero como no han entrado en operación varios proyectos de generación de energía que participaron en la primera subasta, parece válido preguntarse: ¿Y si las plantas no se conectan?
En materia de generación de energía, tanto el activo de generación como la línea de transmisión son vitales, están coligados porque para el mercado poco o nada soluciona si existen plantas de generación, pero su energía no se puede inyectar. El mejor ejemplo son las vías y los automóviles. Las vías no se construyen para estar vacías y los vehículos se fabrican para circular por las vías. Sin lo uno, poco funciona lo otro.
De tal manera que, si lo que se impulsa es la ampliación de nuestro parque de generación de energía, muy bueno, pero también debería ampliarse oportunamente la capacidad de las redes existentes o que las redes que se proyectan construir estén listas al mismo tiempo que las plantas de generación de energía o preferiblemente antes.
En términos generales, estamos a tiempo para que se adopten medidas a partir de experiencias vividas en las subastas del año 2019 y el impactó que causó el covid-19 en 2020. Y por ello se observa de manera positiva la dinámica que la institucionalidad de nuestro sector energético viene adoptando para solucionar los problemas vividos.
Finalmente, junto con la propuesta publicada y que está para comentarios hasta el próximo 18 de marzo de 2021, el Ministerio de Minas y Energía expidió una resolución en la cual se indicó que a partir del año 2023 los comercializadores de energía están obligados a que el 10 % de las compras anuales de energía con la que se atiende a sus usuarios finales -regulados o no regulados-, tenga origen en biomasa, eólica o solar, entre otros renovables.
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