La ley 1437 de 2011 implementó la oralidad en relación con los litigios de la jurisdicción contencioso-administrativa, práctica procedimental que ya se venía aplicando con éxito en la jurisdicción ordinaria desde el año 2000.
La implementación de la oralidad en procesos tributarios ha planteado nuevos retos para los litigantes, que dejan atrás un procedimiento en el que la comunicación con el juez era exclusivamente escrita, y evoluciona a procesos más directos y ágiles en los que la estrategia y la capacidad de persuasión son fundamentales para lograr un resultado favorable para su representado.
La oralidad exige mayores habilidades para los abogados que asumen un litigio en materia tributaria, quienes tienen la responsabilidad de formarse integralmente para responder de forma adecuada y competente.
¿Por qué es conveniente la oralidad en un proceso tributario?
La oralidad busca agilizar los tiempos de respuesta en un proceso. Así, la implementación de esta figura le brinda al Juez la posibilidad de desarrollar, en forma oral, diligencias que anteriormente se surtían completamente por escrito, ganando tiempo importante en el trámite y desarrollo del proceso judicial. Los temas tributarios pueden tener un alto contenido técnico y complejidad, con lo que la oralidad facilita la fijación del litigio y el entendimiento de la discusión.
¿Qué diligencias se agilizan con la implementación de la oralidad?
(i) La audiencia de fijación del litigio en la que se permite exponer con claridad las pretensiones del contribuyente, (ii) la audiencia de pruebas en la que se pueden presentar experticios técnicos, declaraciones o interrogatorios y (iii) la oportunidad para plantear objeciones o recursos que en muchas ocasiones se agota dentro de la misma audiencia. Lo más importante es que la oralidad dentro del proceso evita dilaciones procedimentales, ayuda a formar más rápidamente la sana crítica del juez y en general reduce el tiempo para llegar a una decisión final. Un proceso jurisdiccional que demoraba entre 6 y 8 años hoy debería demorar alrededor de 4 años.
¿Qué nuevos retos plantea la oralidad para los abogados tributaristas?
La oralidad demanda de los litigantes en materia tributaria una debida preparación, que exige que el abogado conozca muy bien su proceso y logre anticiparse a las posibles objeciones de la contraparte, estableciendo su estrategia de defensa. Los argumentos jurídicos y pruebas deben enmarcarse dentro de esa estrategia.
Naturalmente, la oralidad también requiere que los abogados fortalezcan sus competencias de expresión oral y persuasión, de forma que sean capaces de expresar sus argumentos ante las partes y ante el juez, de manera clara, directa y contundente.
¿Cómo debe prepararse un abogado tributarista para la oralidad?
La preparación frente a esta nueva realidad es una de las consignas principales de las firmas a nivel mundial. En Brigard & Urrutia se ha implementado un programa de capacitaciones y entrenamientos para atender audiencias y fortalecer técnicas de oralidad, como complemento necesario al conocimiento legal de alto nivel. Ejercicios de cortes simuladas y de improvisación, son algunos de los entrenamientos diseñados para desarrollar estas habilidades.
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