Por convocatoria que hizo el honorable Senador electo, Arturo Char Chaljub, nos reunimos hace ocho días en Barranquilla para definir la conformación de lo que hemos denominado Bancada Caribe, lo que coincide con un llamado que he hecho de tiempo atrás para reactivar el grupo que en una época lideraron con acierto y resultados mi padre, el entonces Senador José Antonio Name Terán (q.e.p.d.), y el ex ministro y actual Senador conservador, Roberto Gerlein Echeverría, entre otros importantes dirigentes políticos.
Esta Bancada es una respuesta a la petición que se nos hizo desde la firma del “Compromiso Caribe”, a la cual respondí positivamente con una serie de reuniones que hice, comenzando con el investigador, historiador y actual miembro de la Junta del Banco de la República, Adolfo Meisel Roca, entre otros distinguidos profesionales de la región. Posteriormente le dirigí una carta al ex Ministro y directivo del Observatorio del Caribe, Antonio Hernández Gamarra, proponiéndole un encuentro regional con los congresistas costeños para debatir procesos de unidad interinstitucional pero aún estoy esperando la fecha de realización del evento cuya organización fue delegada a una funcionaria del ente investigador. Nunca se cumplió.
Entonces, no podemos hablar de falta de voluntad ni de interés porque de ambos hemos tenido suficiente. Lo que ocurre es que no hay verdadera decisión respecto de la unidad regional.
Es hora de liberarnos de las posiciones débiles, del facilismo de echarle la culpa a la clase política de todo lo que pasa en la Región. No escapo a la responsabilidad que tenemos, pero no es exclusiva. Hemos cargado decepciones grandes con parte de esa política, unos han desviado el camino y otros han actuado como no debían. Por eso están respondiendo ante la justicia. Y quien se equivoque seguirá detrás de las rejas. No hay dudas.
Pero la unidad y el desarrollo regionales no pueden basarse solo en la esperanza que surge del renacimiento de la Bancada Caribe. Es un paso fundamental, como lo es el que pueden dar gobernadores, alcaldes, diputados, concejales, empresarios, voceros gremiales, líderes sociales, universidades e investigadores. Esta es la verdadera fuente de la que hay que beber. Todos los sectores juntos, sin divagaciones, sin peleas estériles, sin estigmatizaciones inocuas. El día que nos presentemos así, no habrá gobierno central que se arriesgue a seguir maltratándonos ni discriminándonos. Así, unidos, es como le debemos solicitar a los candidatos presidenciales que nos muestren sus cartas para el Caribe. Y así, unidos, es como debemos llegar a negociar un nuevo Plan de Desarrollo Nacional, contribuyendo a la paz y al progreso de nuestra gente.
Para lograr la unidad regional en los términos deseados, se requiere una gran dosis de civilidad. “La civilidad es una condición básica para las aspiraciones de vivir libres en sociedad. Define a la sociedad civil. Esta no existe sin aquella, su componente fundamental: la civilidad permite el desacuerdo sin recurrir a la violencia, regulariza los conflictos hasta hacerlos productivos. Se identifica muy bien con la tolerancia, el respeto a la diversidad y el pluralismo,“ escribía recientemente en su columna en El Tiempo, Eduardo Posada Carbó, uno de los barranquilleros más ilustrados sobre el tema.
La Bancada Caribe está constituida y dispondrá de todos los mecanismos existentes para hacerse sentir con vigor pero con respeto, sin chantajes ni presiones indebidas. Sí con mucha sustentación y estudios técnicos, que es el escenario en donde necesitamos a una Costa unida para que alimente y coadyuve nuestra argumentación. Aquí tenemos uno de los grandes desafíos de la unidad regional.
Si avanzamos con éxito en el proceso de consolidación de la Bancada Caribe y la revitalización de la unidad regional, será posible caminar hacia la ejecución de un plan de choque para la equidad, en el marco de un esquema que podrá ser replicado por otras zonas del país - como la Pacífica - que han sido abandonadas a su suerte por el poder central. En ese sentido compartimos la sabia petición de un diario local para que procedamos a combatir la inequidad y la desigualdad.
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