Se inicia el trámite final del proceso legislativo de la reforma tributaria. Son muchos los retos que enfrentan las plenarias en el segundo debate. Los principales a mi juicio serían los siguientes:
El primer reto es el de salvar la competitividad tributaria. Para hacerlo deberían ajustarse por lo menos cinco disposiciones del proyecto, que afectarían irremediablemente la competitividad tributaria del país:
A. Impuesto a los dividendos: la tarifa del impuesto a los dividendos aprobada en primer debate en comisiones en el 20% es demasiado alta, si se mantiene la tarifa corporativa del impuesto de renta en el 35%. Esa tarifa combinada conduciría a una tarifa nominal del 48%, una de las más altas del mundo. Ya la tarifa nominal de renta del 35% es de por sí una de las más altas del mundo, si a esta se agrega una del 20% sobre dividendos, también de las más altas del mundo, se obtiene una tarifa combinada que arrasaría con lo que queda de competitividad tributaria de Colombia.
B. Impuesto empresarial mínimo del 15% de las utilidades. Este impuesto mínimo, de regularse mal, podría conducir a gravar doblemente utilidades y adicionalmente a gravar utilidades financieras que no se han realizado para fines tributarios, como utilidades por método de participación y utilidades por ajustes a valor razonable.
C. Impuesto al patrimonio. Pocos impuestos tienen tan bajo recaudo y producen un impacto tan negativo en las inversiones y en los inversionistas. El carácter de permanente del impuesto al patrimonio, adicionado con las altas tarifas que se proponen, tendría un efecto muy negativo en inversionistas que están considerando decisiones de inversión y que ahora evalúan abandonar el país y cambiar su residencia fiscal.
D. Sobrecarga tributaria sectorial. Un ajuste en la sobrecarga que se propone a ciertos sectores, y en particular al sector minero energético, es fundamental para salvar la competitividad tributaria de Colombia y la estabilidad macroeconómica de mediano plazo.
E. Presencia económica significativa. Debería revisarse con mucha atención, en este segundo debate, la regulación que se propone en materia de presencia significativa de no residentes en Colombia. Un lenguaje como el aprobado en primer debate sería muy inconveniente para el comercio internacional y podría implicar incumplimientos de compromisos adquiridos por Colombia en tratados de libre comercio.
El segundo gran reto de la reforma se refiere a las medidas que se aprueben en el segundo debate para combatir efectivamente la evasión. El reto es buscar la contribución debida de quienes eluden sus obligaciones tributarias. Buena parte de la sobrecarga fiscal que hoy asumen las empresas y los inversionistas proviene justamente de la evasión fiscal no controlada.
Finalmente, el tercer reto es el de disminuir la informalidad y facilitar la generación de empleo formal. Cada reforma tributaria es una nueva oportunidad que no debería desperdiciarse para generar instrumentos legales que favorezcan la formalización y la generación de empleo. Uno de estos instrumentos es el régimen simple, que debería fortalecerse aún más, ampliando el nivel de ingresos, reduciendo tarifas, para hacer más atractivo el régimen, y para obtener un recaudo que de una u otra forma posiblemente se continuaría perdiendo para el Estado.
Combatir la evasión, promover la formalización y la simplificación tributaria y sobretodo salvar la competitividad tributaria de Colombia son los grandes retos de este segundo debate en plenarias del trámite de la reforma.
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